La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Atrapados en la red del juego

Psicólogos y psiquiatras alertan del creciente número de adolescentes, más de un 5% en Asturias, que comienzan a tener riesgos evidentes de adicción al mundo de las apuestas presenciales y on-line

Atrapados en la red del juego

Más del cinco por ciento de los adolescentes asturianos entre 14 y 16 años presenta claro riesgo de acabar enganchado por los juegos y apuestas. El dato, a partir de un estudio de la Unidad Clínica de Conductas Adictivas de la Facultad de Psicología, es el resultado de una encuesta con más de 1.300 chicos de ambos sexos en la región y pone en alerta sobre un fenómeno que avanza a pasos agigantados.

"No somos una sociedad enferma, pero sí muy expuesta, en la que el deseo tiene barra libre", dice el coordinador de la Unidad Clínica y profesor de Psicopatología, José Ramón Fernández Hermida. Un entorno en el que los más jóvenes son los más vulnerables.

El 4% de los adolescentes en esa edad problemática de los 14 a los 16 son lo que se denomina "jugadores de riesgo". Y el 1,2% son chicos "a los que el hecho de jugar ya les causa problemas ciertos".

-¿Qué tipo de problemas?

-Pequeños hurtos, por ejemplo. Y dificultades escolares y familiares. Son chavales que ya llevan, a pesar de su edad, cierto tiempo enganchados.

A David (nombre supuesto) le compraron su primer móvil con 11 años. A esa edad, y más viviendo en Madrid, la mayoría de sus amigos ya lo llevaban en el bolsillo. Hoy tiene 17 y es un adolescente pegado a la tecnología, como muchos. Antes del móvil ya había disfrutado de dos videoconsolas para jugar en casa. Ahora tiene un teléfono mucho mejor que el de sus padres, un ordenador que sólo comparte con su hermano, algunos años más pequeño, e invierte no menos de dos horas diarias en redes sociales. En cuando a su smartphone, lo tiene claro: "Envío y recibo millones de wasaps al año".

Quizá exagere, pero se le entiende.

David, asturiano de nacimiento y miembro de una familia perfectamente estructurada, con el inconveniente de amplias ausencias laborales de padre y madre, ha tenido no hace mucho su primer encontronazo con el juego on-line. Asegura que fue "el primero y el último". Media docena de apuestas deportivas con la tarjeta de crédito de papá. Pensó que en casa no se percatarían de los 53 euros que volaron de la cuenta.

Pero las apuestas on-line desde casa no son el principal problema entre los jóvenes, según la encuesta de la Facultad de Psicología. "Apenas encontramos adolescentes jugadores que apuesten solamente por el método on-line", señala Fernández Hermida.

Es el juego como moda social, en entornos muy nuevos para la gente joven. Espacios donde se puede ver fútbol en pantalla gigante, estar con los amigos, jugar a las tragaperras y a las máquinas de petacos. Apostar... Es como un club social.

El profesor Fernández Hermida habla de tres conceptos: excitación, competencia, emulación. Y de un entorno donde, sobre todo entre varones, "existe esa idea de que yo me atrevo más que tú, yo no me arrugo". De alguna forma, jugar en grupo, con numerosas variantes, que van desde "las timbas de póquer entre ellos al rasca de la ONCE". Y aquí interviene otro de los factores a tener en cuenta: la inmediatez, desde dos perspectivas. La inmediatez para cobrar el premio, y la inmediatez para probar suerte otra vez en caso de mal resultado.

"Hay que regular la publicidad de este tipo de actividad de forma urgente", señala Juan José Martínez Jambrina, director de gestión clínica de Salud Mental del área III (Avilés). A la consulta no llegan adolescentes con la adicción al juego como primer problema, "pero es un problema que a veces aparece, asociado a otros. En general, los chicos llegan por la vía de la falta de rendimiento escolar". Y tras esa falta de rendimiento se esconden muchas cosas.

Martínez Jambrina separa radicalmente el problema de la sobreexposición de los niños a los videojuegos de este otro de las apuestas. "Son fenómenos diferentes", pero para uno y otro "el control de los padres en esa franja de edad entre los 10 y los 14 años se hace imprescindible".

En el asunto de los videojuegos el tiempo de exposición puede que no sea tan importante como la naturaleza del juego en sí mismo. Los hay con una carga de violencia y realismo espeluznantes.

La psicóloga clínica Nuria González Riera también matiza entre el uso del móvil y las ludopatías. "Y dentro del móvil no es lo mismo hablar de dependencia que de adicción, que es un paso más, porque la adicción interfiere en la vida". Aproximadamente el veinte por ciento de los adolescentes "tiene la autopercepción de que me estoy pasando con el móvil", apunta Fernández Hermida.

¿Tienen los niños con consumo abusivo del videojuego más posibilidades de ser años más tarde adictos al móvil y, en última instancia, esclavos del mundo de las apuestas?

Nadie se atreve a dar una respuesta porque el fenómeno de la apuesta en directo, presencial u on-line es demasiado moderno como para sacar conclusiones. En principio, mejor descartar el determinismo, pero José Ramón Fernández Hermida está convencido de que "la tendencia al juego se mantiene a lo largo de la vida".

Alcohol, tabaco y ludopatías son tres elementos que suelen ir de la mano, afirma el psiquiatra Juan José Martínez Jambrina. Y más en estos entornos de juego social. En el caso de los jugadores patológicos "el juego está íntimamente asociado al consumo de alcohol".

El cóctel es peligroso: una política muy agresiva de publicidad por parte de las empresas del sector, un público joven con personalidad muy inmadura e influenciable, un entorno social donde todo el mundo juega (el juego como pasatiempo) y una accesibilidad que permite jugar en cualquier lugar y en cualquier momento en lo que respecta al formato on-line.

A más dinero disponible, más riesgo de caer en ludopatías. Puede parecer una cuestión obvia, pero lo importante es saber por qué razón un adolescente de 14 años dispone de tanto dinero para gastarlo en apuestas. Otra relación muy establecida: a más tiempo de ocio, más probabilidad de juego.

En cifras generales, jóvenes y adultos, la expansión estadística de las apuestas es impresionante. En 2012 los españoles nos gastábamos casi 200 millones de euros al mes. En la misma fecha de 2015 la cantidad ronda los 370 millones.

"Es un tema muy serio, que habrá que analizar sin pausa", señala el psiquiatra Martínez Jambrina.

Compartir el artículo

stats