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Ray Donovan, el "solucionador", no puede con sus problemas

Comienza la emisión de la cuarta temporada de una magnífica serie de televisión poco conocida en España, con los abusos sexuales a niños por sacerdotes de fondo

Ann Biderman, la creadora de la serie, escribió películas de suspense como "Copycat" y "Las dos caras de la verdad".

Ray Donovan es un "solucionador" de problemas de los famosos al que le cuesta mucho resolver los problemas propios. Que no son pocos, ni fáciles. Viene -y no se va- de una familia estadounidense de origen irlandés, católica, alcohólica, relacionada con el boxeo y desestructurada, en la que el padre es un expresidiario rufián y narcotraficante. Tanto Ray como su hermano pequeño fueron víctimas de abusos sexuales por parte de un cura de su parroquia en Southie, un barrio irlandés de Boston.

Todo eso sin contar su propia familia, tan abandonada por su absorbente trabajo veinticuatro horas y por una sexualidad compulsiva muy poco satisfactoria. Donovan tiene una esposa que le dará problemas a lo largo de la tercera temporada, y dos hijos: una chica problemática y un varón que necesita desarrollo argumental.

"Ray Donovan" es una de las mejores series dramáticas de la actualidad y empieza su cuarta temporada en Canal+ sin que ninguna cadena generalista española le haya hecho el menor caso, ni siquiera a la peor hora. Como drama familiar tiene una línea invisible trazada con "Los Soprano" que se ve cada vez más. Liev Schreiber, el protagonista, declaró recientemente que Ray Donovan y Tony Soprano "vienen de mundos parecidos". Y explica el tipo de personaje y la atracción que despierta en los espectadores: "En el núcleo de cualquier antihéroe se encuentra la bipolaridad de la misma idea, el bien y el mal enfrentados, la belleza y la fealdad. Esos opuestos pueden coexistir en nosotros".

No hay que extremar los parecidos. La serie es menos coral y no por falta de reparto sino porque Ray Donovan es, antes que nada, Ray Donovan y el resto de los personajes tienen menos entidad..., salvo su padre, que ha ido creciendo y que en esta nueva temporada tendrá mucho protagonismo.

Si Tony Soprano sufría con su madre, Livia, Ray Donovan tiene lo suyo con su padre, Mickey Donovan, marrullero, insensible, un macarra envejecido que manipula a sus hijos sin ningún escrúpulo y que no conoce más modo de vida que el delito. Lo interpreta Jon Voight, el padre de Angelina Jolie.

El familismo irlandés es menos dependiente que el italo-americano y la familia es menos extensa. Los personajes más desarrollados están marcados por un individualismo desesperado e implacable en el que comen y se beben sus problemas en soledad.

El trauma de los abusos infantiles coleó durante las tres primeras temporadas. Es el mismo asunto que trata "Spotlight", última ganadora del "Oscar" a la mejor película, en la que Liev Schreiber encarnaba al director del diario "Boston Globe", Marty Baron. En la película el tema era relatado con una dramatización de baja temperatura, casi documental.

El registro de este asunto pasa por momentos intensamente dramáticos, violentos y patéticos y también contiene uno de los chistes más ásperos dentro de una serie. Lo suelta Mickey Donovan ante su hijo "Bunchy", alcohólico, en terapia por su sexualidad reprimida consecuencia de los abusos. Venía a decir que a diferencia de un cura católico, "el acné espera a que tengas 12 años para salpicarte la cara".

La persona que está detrás de este drama rebosante de testosterona es Ann Biderman (Miami, 1951), hija de un empresario y de una bohemia que se divorciaron cuando ella tenía 8 años. La madre la llevó, junto a su hermana, a Nueva York, donde se hospedaron en el mítico hotel Chelsea entre artistas de cine, actores de teatro de vanguardia, músicos, artistas. Su madre fue amante del poeta de la Beat Generation Gregory Corso, a quien Ann considera su "padrastro espiritual."

Cuando faltaba el dinero, volvían a Miami y se hospedaban en hoteles pequeños de la mafia, donde Ann aprendió a ser imperturbable ante lo que veía. A los 15 años entró en la Escuela de Stockbridge, un internado sin disciplina en Massachusetts. "En muchos sentidos, sólo quería una familia normal", lamentó en una entrevista.

Estudió en la Universidad de la Escuela de Cine del Sur de California y su carrera empieza a tener interés en los noventa, con su nombre perdido entre los escritores de la magnífica serie de Steven Bochco "Policías de Nueva York", pero rescatado en seguida por un premio "Emmy" por un episodio. A mediados de la década escribió el guión de "Copycat", una película de suspense y asesinos en serie dirigida por Jon Amiel e interpretada por Sigourney Weaver y Holly Hunter, a la que siguió "Las dos caras de la verdad", donde se nos descubrió la inquietante ambigüedad del actor Edward Norton.

Hay un antes de Donovan, y es "Southland", un drama policiaco en el sur de Los Ángeles que inició en 2009 y que tuvo 43 episodios en cinco temporadas, un éxito que, creo, no ha sido estrenado en España. Pasó casi un año asistiendo al trabajo de los patrulleros para documentarse.

Donovan empezó en 2013, en el canal Showtime (el de "Dexter"). Su primera sorpresa es -en pleno mundo y tiempo "people"- ese oficio de arreglador privado de líos de famosos sin ética ni ley, acosados por peligros y problemas sociales inimaginables, siempre entre comportamientos personales salvajes y el miedo al escándalo que arruine su reputación. Parece un mundo descabellado y ajeno hasta que uno piensa en los últimos años de Isabel Pantoja y de Ortega Cano.

En esa tarea hay dos personajes muy interesantes que ayudan a Donovan incondicionalmente: Avi (Steven Bauer), su mano derecha, un exsoldado israelí que fue agente del Mossad, y Lena (Katherine Moennig), una asistente lesbiana que se da un aire a Chrissie Hynde, la líder de "Pretenders".

En el reparto también hay interés. Destaca el actor londinense Eddie Marsan, que interpreta al hermano mayor de Ray, un exboxeador con Parkinson, un personaje desesperado, y se encuentran conocidos como Elliot Gould, encarnando al mentor y jefe de Ray, aquejado de Alzheimer; James Woods, interpretando a un criminal de Boston; Rosanna Arquette, en seguida asesinada, y Hank Azaria (voz de Moe en "Los Simpson"), como un director del FBI.

En las temporadas vistas, la serie ha proyectado sobre la Iglesia católica esa mirada distante y asombrada que los que vivimos en países de gran peso de la Iglesia no podemos tener, abuso de niños aparte. Para la cuarta temporada anuncian que la fe va a estar en el motor de las motivaciones de Ray Donovan. A ver. La parte menos peligrosa para el espectador es que Ray y Mickey intentan una nueva relación, "lo que creo que será divertido para la audiencia", apuntó Liev Schreiber. Parece que, liberado de los traumas del abuso sexual en la infancia, tendremos una versión más "luminosa".

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