La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Lista de reproducción

Asunto generacional

Matthew Bellamy, de "Muse".

Es una vuelta de tuerca para muchos. Hay estrellas que llevan siendo estrellas 30 años (mínimo) y son reclamadas como estrellas en los festivales actuales, donde se supone aparcan sus oídos los más jóvenes.

Los hay también del modelo que en su día fueron carne de festival, léase, por citar uno noventero, "Primal Scream", y luego llegaron a ser clásicos de esa misma escena de la que habían sido activos partícipes. Hay otros géneros, en la onda electrónica, como "Chemical Brothers", de los que se podría decir que son "residentes" del FIB, que estos días se celebra en Benìcassim.

Los festivales son multitud, desde los más veteranos, que vuelven para efemérides tipo Woodstock, hasta los que tiene firma propia, "Glastonbury", "Glasto", muy de programa contemporáneo y vanguardias escénicas, pero también con esa filosofía festivalera de unir generaciones. Así pues el festival de hoy en día ya no es el festival de romper moldes; es la fusión generacional absoluta. Siempre lo fue. Pero con la particularidad de que los que ahora son vacas sagradas de la escena (Dylan o Robert Plant, aprovechando que pasó por Gijón) ya eran sagrados cuando estaban en la etapa de "pimpollos" de juventud. No está tan claro que los grupos y solistas festivaleros del momento alarguen su ciclo hasta ser astros para volver luego al redil como comandantes de la escena mundial. Aún más, las vacas sagradas ya empiezan a tener incluso festivales exclusivos como ese que se parió (lleva tiempo, pero con este formato será la primera vez) en California con un cartel de "pensionistas" del rock, pero con un tirón y una capacidad de abducir a la afición absoluta e infinita. Pensionistas por edad, pero aún "pimpollos". Van a estar los Globe Trotters de la historia, como ya se contó en esta página: "Rolling Stones", McCartney, Dylan, Neil Young, "The Who" y Roger Waters.

Bien, siempre habrá festivales. Siempre los habrá eternos; siempre los habrá de los que van y vuelven, y siempre los habrá con problemas de infraestructuras, permisos y que tienen que claudicar, como está pasando o ya pasó en España este año en un par de ellos. Pero ahí están también los nuevos, muy intensos, que están funcionando como máquinas; sin olvidar alguno que empezó muy modesto y dejó su huella, como el Derrame Rock, que el próximo fin de semana celebra sus 20 años en Gijón.

Compartir el artículo

stats