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Avilés no se ve sin Ensidesa

Avilés no se ve sin Ensidesa

El "vuelo americano" de 1945 ofrece el privilegio de observar en dos fotogramas lo que la industria ha hecho con Avilés. La imagen de la izquierda, en la que hay que esforzar la vista para identificar el casco urbano, está sacada desde uno de los aviones que sobrevolaron toda España en la primera expedición del ejército estadounidense, recién concluida la Segunda Guerra Mundial y más o menos un decenio antes de la llegada del gigante siderúrgico que pilotó el progreso industrial y urbano de la ciudad. Un salto hacia delante de setenta años caería en la fotografía de la derecha, extraída de las del Plan Nacional de Ortofotografía Aérea (PNOA). El progreso de la mancha urbana deja a la vista la capacidad tractora de la gran industria sobre el crecimiento de la villa. En la imagen actual ya ha crecido al fondo de la ría la mole de Ensidesa, hoy Arcelor, y a sus lados los embalses de Trasona y La Granda -de los años cincuenta-, y en la ría y su entorno los polígonos y las fábricas. Y dentro y alrededor de Avilés, a su ritmo, las sucesivas orlas residenciales que ya desbordan los límites del municipio, de los primeros barrios de la mano de obra obrera -Llaranes, La Luz, "El Tocote", "El Tocarate"- a la más reciente expansión residencial hacia Corvera.

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