La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El engendro que supo pescar en las redes

Desembarca la cuarta parte de "Sharknado", la cutre saga sobre tornados y tiburones que arrasó gracias a los cebos de internet

El engendro que supo pescar en las redes

Un verano sin el estreno de una nueva entrega de Sharknado es menos verano para sus millones de seguidores. Sí: millones. Llegamos a la cuarta. Y la pregunta que surgió en el origen se repite de nuevo: ¿cómo es posible que un producto tan cutre haya logrado un éxito tan brutal? Películas horripilantes las ha habido siempre, e incluso, aunque parezca mentira, peores aún que este delirio de tornados y tiburones. Sin embargo, ninguna de las competidoras en el fango de la mediocridad absoluta supo aprovechar el arma de propaganda masiva que es internet. Llegó en el momento justo para que el inmenso ventilador de las redes sociales convirtieran un despojo audiovisual de actores pésimos, guiones grotescos, dirección calamitosa y efectos especiales patéticos en fenómeno social, en un "trending topic" global donde lo importante no es "disfrutar" con el infame espectáculo (su estreno no tuvo grandes cifras de audiencia en televisión) sino comentarlo: asomar la cabeza al patio de vecinos virtual y unirse al coro de voces que comentan la jugada. Pasto fácil de memes y GIFS. Y, conscientes de ello, los (ir)responsables del tinglado pasaron de tomarse un poco (casi nada, lo justito) la primera cinta a tomárselo todo a chirigota y convertir cada escena en un más difícil todavía en idiotez. Cuanto más demencial fuera el argumento y más ridículas fueran las ideas, más comentarios. Más visitas. Más vistas. Más pasta. Actores que tuvieron un efímero minuto de gloria volvieron a gozar de las mieles del éxito asumiendo su rol de comediantes sin sentido del ridículo. La tercera parte fue ya la cumbre del despropósito, con un arranque en la Casa Blanca que hacía frotarse los ojos. La cuarta, por desgracia (¡o por suerte!), ya muestra señales de agotamiento y la franquicia peligra. Con guiños cansinos (los créditos de Star wars, el homenaje a la Matanza de Texas o Iron Man, o incluso la autorreferencia final con el destripamiento que libera de las entrañas de los bichos a los personajes), demasiada cháchara y una pérdida de protagonismo de los tiburones para meter tornados eléctricos, de arena, ¡nucleares! o incluso ¡¡¡¡de vacas!!!!, Sharknado 4: Que la cuarta te acompañe no deja de ser ridícula pero ya no tiene tonta gracia.

Compartir el artículo

stats