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El Reino Unido no saldrá de la UE cabizbajo como Adán y Eva del Paraíso: la batalla será larga

Los especialistas en política exterior reconocen la sorpresa general ante el "Brexit" y vaticinan que los británicos seguirán en el mercado único

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Reunión de diplomáticos asturianos en LA NUEVA ESPAÑA

El tren hacia la salida del Reino Unido de la Unión Europea, abreviada como "Brexit" (a partir de British Exit), partió de forma acelerada el pasado 23 de junio con el inesperado sí al adiós que decretó el referéndum convocado por el anterior primer ministro David Cameron. Ese día las legaciones diplomáticas de España repartidas por el mundo compartieron la sensación de sorpresa e incertidumbre que desde entonces reina en los despachos. Los ocho diplomáticos asturianos reunidos por LA NUEVA ESPAÑA en el VIII Encuentro de especialistas en política exterior comparten esa visión de escasa claridad ante el nuevo escenario que requerirá de largas negociaciones para despedir a los británicos, que tal como asegura el luarqués José Laviña, subdirector general de Europa Oriental y Asia Central en el Ministerio de Asuntos Exteriores, "no se irán cabizbajos, como Adán y Eva del Paraíso. La salida será de todo menos tranquila".

Un "paraíso" por el que otros se mueren. El ovetense Miguel Fuertes, actual embajador en Serbia, país que sueña con ser parte de la UE, lo tiene claro: "El problema que se produce es que nadie sabe qué es lo que pasará; los resultados son negativos para todos". Y es que, aunque la retirada de la Unión Europea es un derecho de los estados en virtud del artículo 50 del Tratado de la UE, ese mismo que los británicos no acaban de aplicar, los altos funcionarios del servicio exterior no acaban de ver el desenlace de la cuestión.

Eva Martínez, subdirectora general para los Países del Magreb, vinculada a Luarca por matrimonio (está casada con José Laviña y fueron uno de los primeros matrimonios de diplomáticos en España), echa mano de una fina ironía para recalcar que la parsimonia de Londres para formalizar la ruptura busca ganar tiempo a fin de conseguir un estatus privilegiado: "De momento, ni Theresa May ni nadie invocan el artículo 50, y en Bruselas se siguen nombrando altos cargos británicos; en el fondo estamos favoreciendo que estos señores que tanto querían irse no apliquen el artículo en cuestión". Miguel Fuertes, con amplia experiencia en las instituciones europeas, lamenta que los británicos hayan decidido retirarse del proyecto por un escaso margen del 52% de los votos a favor, y más "cuando ellos tenían muchísimo poder de decisión y han influido mucho en la política de la UE", sin ir más lejos en la ampliación a los países del Este. "Han sido protagonistas en los grupos de trabajo y determinantes en las decisiones", añade.

Así que el periodo que se abre será, a su juicio, "mucho más complejo que la negociación de una nueva adhesión". José Laviña asegura que para España resultará crucial la situación política interna a la hora de decidir el papel exterior del país en todo el proceso. "Vamos a ver hasta dónde nos resentimos de esta interinidad en el Gobierno para tener mayor o menor peso en el diseño de la nueva UE". El tablero presenta, según indica, varias partidas casi simultáneas: la negociación entre Bruselas y Londres para decidir qué ocurrirá desde que se pida la salida hasta que se produzca; las conversaciones para definir el marco futuro de relaciones y la propia negociación entre los 27 estados a fin de determinar de qué modo afecta la deserción del Reino Unido a la organización interna de la UE. Laviña añade que el Reino Unido deberá replantear su relación con el resto del mundo, algo especialmente relevante en el caso de más de veinte tratados comerciales que pueden quedar derogados, al regirse bajo las normas comunitarias. "Ésa puede ser una de las causas por las que no traten de invocar el artículo 50 con efecto inmediato", opina.

El embajador Yago Pico de Coaña, afincado en Coaña, de donde procede su familia, y de donde es hijo adoptivo, pronostica, medio en broma, que tal vez uno de los problemas a los que tendrá que hacer frente Londres es a pedir el reingreso en el club europeo. "A ver qué se hace entonces, no es descabellado considerarlo", asegura.

Todos coinciden en el futuro acceso del Reino Unido al mercado interior europeo. "Si lo tienen estados no miembros, como Noruega, que pagan por ello, sería absurdo no dárselo a un exmiembro", recalca Pico de Coaña. Luis Arias, actual cónsul general de España en París, de familia ovetense y vinculado a Barcia (Valdés), echa mano de los datos: "En 1973 la renta per cápita del Reino Unido era un 30% inferior a la francesa, ahora están casi a la par; el negocio de la UE les ha salido redondo". Y quizá por eso el langreano Federico Torres Muro, nacido en La Felguera, representante permanente adjunto ante el Consejo de Europa, en Estrasburgo, está en desacuerdo con que se premie al que se marcha. Comparte la misma tesis Laura García, subdirectora general de Diplomacia Pública, nieta de llaniscos que no se pierde un verano en el municipio: "Esta negociación necesita una respuesta ejemplar, ya que el gran desafío es ahora defender el proyecto que nos ha dado décadas de paz, frente al peligro de que se venga abajo, dando vía libre a ideologías extremistas". Javier Sangro de Liniers, director general de Relaciones Económicas Internacionales, veraneante en Ribadesella, también evita paños calientes sobre la herida: "El palo psicológico para el proyecto europeo es tremendo y más en un momento delicado con el populismo que avanza a uno y otro lado del Atlántico; toda ruptura es una desgracia". La batalla será larga. Eva Martínez echa de menos políticos de alta talla: "Europa necesita ahora esos líderes, de los que aparecen dos o tres por generación".

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