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El derbi de los hermanos Martínez Areces

Nora, de 11 años, es del Sporting y Víctor, de 10, es del Oviedo

El derbi de los hermanos Martínez Areces

Los hermanos Martínez Areces, dos niños gijoneses, viven un derbi perpetuo. Ella, Nora Martínez Areces, de 11 años, es del Sporting cerrada. Él, Víctor Martínez Areces, un año menor, del Real Oviedo. Los padres, Jesús Martínez y Ana Areces, intentan que la rivalidad entre sus hijos se quede en el terreno de juego. Pero las disputas son "inevitables", indican. "La temporada de hace dos años, en la que subieron los dos equipos, fue terrible", reconoce la madre. A los progenitores les pasa lo mismo: el padre es del Sporting "de toda la vida" y la madre apoya al conjunto carbayón, tanto que es vocal de la peña oviedista de Las Regueras. En pocas familias asturianas como en ésta se vivirá tanto la pasión futbolística, que este fin de semana comenzó a desatarse con el arranque de la temporada.

De los dos hermanos Martínez Areces, Nora juega en casa y Carlos está siempre en campo del rival. Ser oviedista en Gijón marca. Y, además, con una hermana que no puede ser más rojiblanca. A veces el padre, otro sportinguista de pro, también se une cuando ganan los de Abelardo: "Vamos a chinchar a un poco Víctor", le dice a su hija. Víctor sabe que se mueve en territorio hostil a los azules. "En el colegio (La Inmaculada de Gijón) la mayoría son del Sporting y a veces discutimos", admite con cierta resignación.

No obstante, Víctor no siempre fue de sangre azul. Hubo un tiempo en que su equipo era el de Abelardo. Hasta que un día se pasó al bando rival. "De pequeñín era del Sporting, pero hará unos de tres años estaba en mi pueblo (Las Regueras) con la camiseta rojiblanca y me convenció un amigo", comenta el pequeño. Su madre, orgullosa de contar con un oviedista en su bando familiar, añade: "Se hizo más del Oviedo cuando montamos la peña de fútbol Las Regueras". Antes ella iba perdiendo, ahora están 2 a 2 en preferencias futbolísticas dentro de la familia.

Nora, al contrario que Víctor, vive la mayor parte del tiempo en su territorio, en la ciudad rojiblanca. Pero tiene que cambiar de campo cuando visitan Las Regueras los fines de semana. En este concejo tan cercano a la capital asturiana, los sportinguistas, dice, son minoría. Pero Nora no se inmuta. Luce con orgullo su camiseta. La fidelidad a los colores impresiona a su propia madre. "Ella, cuando vamos al bar del Oviedo, se pone la camiseta del Sporting. Y cuando el Sporting pierde, se la ve más orgullosa todavía".

Los hermanos se conocen a la perfección y su rivalidad se palpa en el ambiente. Para la temporada 2016-2017 Víctor espera que "el Sporting logre la permanencia y el Real Oviedo ascienda a Primera División". A Nora no le gusta nada esa idea: "¡Que siga cada uno en su sitio!". A lo que el pequeño de los dos replica: "Eso no tiene gracia, ¡quiero a los dos en Primera!".

Nora tiene las ideas muy claras. "El Sporting es el mejor equipo del mundo y es el equipo de mi ciudad", así de contundente se muestra. Considera que esta temporada va a ser muy buena para el conjunto rojiblanco porque los fichajes "prometen", aunque reconoce con una sonrisa: "Todavía no me los sé". Su padre, Jesús, no tiene ninguna duda de que se los va a aprender rapidísimo: "En cuanto nos regalen un póster ya los memoriza, no le cuesta nada", apunta. Nora cuenta que el míster rojiblanco es "su preferido". Padre e hija comparten opinión sobre el entrenador sportinguista, del que dicen que es "tan grande" como lo fue en su día Manolo Preciado. Por eso no tienen ninguna duda de que este año se logrará la permanencia.

Víctor, el hijo oviedista de esta familia futbolera, se muestra prudente sobre los nuevos fichajes de su equipo. "Aún no sé cuál es mi preferido". Lo que está claro para él es que no estará su jugador predilecto: "El año pasado me gustaba mucho Koné", confiesa. Es un seguidor exigente. Le reprocha a Fernando Hierro, el entrenador del Real Oviedo, una de sus primeras declaraciones: "No me gusta que diga que subiremos dentro de cuatro años".

Nora no entra en campo ajeno. No opina sobre el Oviedo. "Me da lo mismo, paso de ellos", zanja. No obstante, apunta: "Cuando pierde el Oviedo, me alegro". En el caso contrario está su hermano, al que la temporada pasada se le hizo muy dura. A él no le importa que el Sporting gane. Eso sí, siempre que el Oviedo también lo haga. Y si no lo hace, por lo menos se alegra por su hermana.

Nora no duda en señalar que "su segundo equipo es el Barcelona". Su hermano, en cambio, no lo tiene tan claro. "Soy del Barça y del Madrid. Me gustan los dos". Pero con matices. Víctor reconoce que cuando juegan contra el Sporting siempre quiere que gane el equipo asturiano.

Aunque en el terreno futbolístico estos dos hermanos son máximos rivales, en otros campos comparten aficiones. Por ejemplo, a ambos les entusiasma la música, por lo que se arreglan para compaginar sus estudios escolares con su formación en el Conservatorio. "Los dos estudian muy bien", dicen sus padres. Pero como en los Martínez Areces siempre hay un punto de antagonismo, aunque los dos estudien música, no se inclinan por el mismo instrumento. Víctor prefiere la batería y la gaita, pero Nora se centra únicamente en la percusión.

La temporada futbolística que ahora comienza es muy ilusionante para la familia Martínez Areces, aunque cada fin de semana sus pasiones futbolísticas estén divididas. Mientras Jesús y Nora irán a disfrutar con el equipo de Abelardo en sus nuevos asientos en la tribuna Este de El Molinón, Víctor y Ana pondrán rumbo a Oviedo para ver si este año consiguen el ansiado ascenso a Primera División. Además, el precio de los abonos no pasa inadvertido para los padres, que tienen que hacer su correspondiente esfuerzo económico. El fútbol ha vuelto este fin de semana y la familia Areces lo nota. También en el bolsillo.

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