¿Será Youtube el canal que Hollywood utilice como cantera donde encontrar nuevos talentos en los que invertir de cara al futuro? ¿O serán muchos los aspirantes pero pocos los elegidos por el dedo de la fortuna? El estreno este viernes de Nunca apagues la luz es una buena excusa para buscar argumentos que arropen una u otra teoría. Rebobinemos: el director sueco David F. Sandberg rueda con un presupuesto mínimo el cortometraje Lights Out, dos minutos que desarrollan la idea de una criatura monstruosa que amenaza a una mujer (la esposa del director, todo queda en casa) y que sólo se desvanece cuando ella enciende alguna luz. No es que fuera una obra maestra (y el plano final era más bien cómico) pero su reducida duración y la precisión de sus golpes de efecto la convirtieron en un fenómeno viral con millones de visitas y algún que otro premio. El productor Lawrence Gris descolgó el teléfono y le propuso a Sandberg convertir el corto en largo. Cinco millones de dólares de presupuesto, reparto solvente y al ataque. La cosa ha funcionado bastante bien en taquilla y ya se habla de una secuela.
Sandberg es un buen ejemplo de cómo están cambiando las reglas del juego gracias a internet, aunque casos tan espectaculares como el suyo no son habituales si tenemos en cuenta los miles de cortos que se suben al gigantesco escaparate de Youtube sin que ningún productor de Los Ángeles descuelgue el teléfono. Pero sí es cierto que los productores tienen ahora un nuevo camino para encontrar promesas aupadas por millones de seguidores a las que seguir la pista sin intermediarios. En 2009, el uruguayo Fede Álvarez rodó Ataque de pánico, en el que recreaba sin medios (300 dólares, más o menos) pero con mucha imaginación una invasión alienígena en Montevideo. Casi ocho millones de visionados en Youtube llamaron la atención de Sam Raimi, que encargó a Alvarez una nueva versión de su clásico Posesión infernal. Hoy, el cineasta uruguayo está a punto de estrenar No respires. No son muchos ejemplos, desde luego, pero, como afirman algunos analistas aseguran, el caso Sandberg puede marcar un antes y un después en la forma en que Hollywood intenta conectar con el público joven.
