Sólo la mitad de las manos de las pinturas parietales, aproximadamente, son de hombres. La otra mitad son de mujeres. Un programa de ordenador, el Kalimain, basado en los estudios de John T. Manning, profesor del departamento de Biología de la Evolución de la Universidad de Swansea (Reino Unido), ha medido las manos que aparecen en numerosas pinturas de distintos continentes. La conclusión es que en las cuevas prehistóricas, hombres y mujeres dejaron las huellas artísticas.
