La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Emilio García: "Lo que comen nuestras vacas está libre de contaminación"

Emilio García y su hijo Daniel García, en su cuadra. demelsa álvarez

"Una leche de calidad es una leche que sea lo más natural posible". Así lo ve el ganadero Emilio García, de La Pereda (Tineo), que cuenta con una ganadería de unas 250 reses, de las que ordeña 112 diariamente, y en la que también trabajan su mujer, Yolanda Fernández, su hijo Daniel García y un empleado, Julio Fernández.

Para conseguir una leche de alta calidad, García tiene claro que la alimentación de la vaca es fundamental, además del manejo y los horarios de los animales e incluso la genética. "Hacemos silo de hierba y de maíz en nuestras fincas y lo complementamos con la compra de piensos y alfalfa que llegan de Castilla y León", explica Emilio García, que subraya que en la actualidad los piensos están compuestos de materias nobles y de alta calidad para completar la dieta de los animales. Así, toda esta comida "está producida de forma natural y estamos seguros de que lo que comen nuestras vacas está libre de contaminación, ya que aquí estamos en un entorno limpio", apunta.

Además de comer forraje de elaboración propia, las vacas de esta ganadería salen al pasto. "Tienen la comida a libre disposición, desde la cuadra pueden salir cuando quieran a la finca", explica el ganadero. Esta forma de manejar a sus reses hace que las vacas bajen un poco en la producción de leche porque suelen moverse mucho, "pero ganan en bienestar, no están estresadas y esa tranquilidad influye hasta en su fertilidad".

El principal parámetro que dice si una leche es de calidad es su marcador de proteína. Así, los productores buscan que la comida que ingieren sus animales les aporte la suficiente cantidad de proteína, algo que también se consigue a través de la genética. Por ello, Emilio García asegura que están trabajando para conseguir una línea genética que dé unos buenos valores.

Al final, conseguir una leche de alta calidad supone más trabajo y más gastos de producción para los ganaderos. "Se necesitan una alimentación de calidad, con lo cual más cara, y si se apuesta por la elaboración propia de forrajes implica mucho trabajo", argumenta. No obstante, este esfuerzo no se ve recompensado a la hora de cobrar la leche.

El destino final de su producción es la fábrica de Nestlé en Sevares, donde se elaboran gran parte de los productos de nutrición infantil de la marca.

Compartir el artículo

stats