Si hubiese que elegir una canción para la banda sonora del teatro asturiano ésa podría ser "Resistiré", del "Dúo Dinámico". El teatro profesional se enfrenta a unos presupuestos mínimos pero, aun así, las compañías proliferan en la región. Y hacen obras de calidad. Muchas llevan años trabajando en el Principado por su oficio, por su compañía y por su profesión. Otras están naciendo ahora, con nuevos profesionales surgidos de la cantera de la Escuela de Superior de Arte Dramático del Principado de Asturias.
Esta semana, por primera vez, las asociaciones de profesionales del sector lanzaron una nueva plataforma que expone todo lo que hace el Circuito de las Artes Escénicas del Principado de Asturias. Son 45 compañías y 24 ayuntamientos se unieron a él. Además de la página web, el Circuito estrenó una nueva marca que les da la profesionalidad que buscaban. Así que el público, desde sus casas, podrán ver qué se está haciendo en sus respectivas localidades y seguir las compañías que hay en escena. Una opción que hasta ahora no tenían, al contrario que en otras comunidades autónomas.
Carmen Gallo es la presidenta de la Asociación de Compañías Profesionales de Teatro y Danza de Asturias (ACPTA) y, según opina, la situación en Asturias es similar a otras muchas comunidades, "pero con el agravante de que somos una comunidad autónoma uniprovincial, por lo cual tenemos menos recursos económicos y menos recursos para poder generar más trabajo", explica.
Conseguir estos recursos es una pelea constante entre los que se dedican al teatro profesional. "Con la parálisis de presupuestos desde hace diez años para la producción, no se ha avanzado. Si a eso añadimos los recortes de Cultura... Está claro que no se pueden hacer compañías con equipos de actores estables", asegura el director teatral asturiano Andrés Presumido. El actor y director Etelvino Vázquez considera que con una web no se soluciona nada. Lo que hace falta es que se afronten "los problemas reales". Lamenta que no haya un organismo específico para la promoción cultural. "Se están reduciendo los recursos humanos y, en muchos casos, los responsables de ciertos municipios o administraciones públicas no pueden hacer bien su trabajo porque se busca la rentabilidad. Y eso es una trampa", matiza Gallo.
"Lo que ha ocurrido en Asturias es que cada vez hay más producción, pero con menos municipios que están dentro del Circuito, por lo tanto la difusión es menor. Eso lleva a que la situación sea cada vez más peligrosa. Si se continúa en esa tendencia, gran parte de las compañías con trabajos importantes de varios actores, de mucho dinero en la producción, tendrían que dejar de hacerlo", expresa Presumido.
El Circuito cuenta ahora mismo con 24 ayuntamientos. Lo que las asociaciones de profesionales quieren es que se sigan sumando más. Según explican, las formas de incorporarse a él son bastante flexibles, aunque existen unas condiciones mínimas. El problema es que no es obligatorio, así que algunos ayuntamientos que cuentan con buenos espacios no forman parte de él. Ahora el objetivo es atraer a nuevos municipios y reincorporar a los que se fueron, como Vegadeo, Aller y Pravia. "Hay una pregunta que es clave: ¿el circuito de teatro se crea para apoyar a los ayuntamientos o al teatro?", se pregunta Vázquez. "Estamos haciendo una labor sociocultural importantísima a precio de cero, gratis para ellos. Tiene que haber teatro, es fundamental. Y además Asturias es un caso muy particular. Dado lo pequeño que somos, siempre hubo gente muy resistente", prosigue.
Moisés González es cofundador de "El Callejón del Gato Producciones SL". El año pasado estrenaron "Crecer" de Maxi Rodríguez, un espectáculo intergeneracional con protagonistas adolescentes, pero que tuvo un público muy amplio. Fue seleccionada para participar en la Feria de Teatro de Castilla y León. "La profesión en Asturias está muy consolidada. Hay mucha tradición de ver teatro, siempre tenemos público. Hay muy buenos profesionales de la Escuela de Arte Dramático y se van formando nuevas compañías. La pena es que tenemos que dejar proyectos en el cajón que abarcarían a más personas", explica González, que pertenece a Foroescena, la Asociación de Compañías Profesionales de Teatro del Principado de Asturias. Ellos son siete en escena, pero no siempre pueden contar con tanto personal en una sola compañía.
El teatro amateur ha sido siempre y es una buena escuela para hacer teatro. Y para pasárselo bien. Pero, para los profesionales del sector, la línea que separa el teatro profesional del aficionado puede que a veces quede demasiado diluida. Y eso, dicen, no les favorece.
"Compañías amateur ha habido siempre. El problema es que en los municipios están comprando obras de teatro aficionado casi al mismo precio que el que nos piden que fijemos el teatro profesional", indica Carmen Gallo.
"Nosotros somos empresas que pagamos nuestros tributos y damos empleo, mientras que el teatro amateur se hace como hobby ", añade la presidenta de ACPTA. Y prosigue: "Es muy lícito que lo hagan. Ha sido escuela de grandes directores, dramaturgos y actores, pero no puede ser que sean el grueso de la programación de un municipio y que se deje de lado a la programación profesional".
Presumido piensa lo mismo que las asociaciones en esta cuestión. "El Circuito de Teatro Amateur favorece a muchos ayuntamientos que se safisfacen con espectáculos más baratos y que les sirven para justificar su ´compromiso´ con la Cultura. El público va a ver lo que le ponen en la cartelera y si se lo dan barato o gratis pues mejor... Ése es el cáncer del teatro, la gratuidad", afirma.
La Federación de Asociaciones del Teatro del Principado de Asturias nació en 2003. Ahora mismo engloba 24 grupos de teatro amateur. "Suelen surgir de asociaciones de vecinos, de amigos, que se juntan y crean un grupo de teatro", declara Carmen Duarte, su presidenta. "Hay teatro costumbrista, de lo absurdo, de lo clásico. Tocamos todos los géneros, hay grupos de un tipo", añade.
"Vamos a pueblos en unas condiciones muy malas, pero vamos a todos los sitios donde nos llaman. Yo creo que es una manera muy buena de llevar el teatro a todos los rincones, no sólo a los grandes equipamientos". Duarte tiene claro cuál es el objetivo de estos grupos aficionados: acercar el teatro a pueblos que tienen menos acceso a él. Hacer un buen trabajo y presentarlo. "Que es la única intención que tiene el teatro amateur", dice esta mujer que además dirige "Teatro Traslluz".
Otras compañías tienen un carácter solidario. Carmen Campo explica que la suya, "Teatro Santa Bárbara", nació en la parroquia de Llaranes (Avilés), hará unos dieciséis años, para recaudar dinero para Guatemala. Al principio lo formaban catequistas y personas de la parroquia. Ahora tienen nuevos integrantes que se incorporaron por hacer teatro. Hay hombres y mujeres casi por igual, la edad va desde los 18 hasta los 70 años. Desde 2009 forman una asociación cultural. Cuenta que hace dos años, en el teatro Filarmónica de Oviedo, se llevaron el premio del público. "Del que estamos muy orgullosos", remata. Quitando lo que pueden quedarse para transporte y dietas, Campo afirma que todo el dinero que recaudan sigue estando destinado para Guatemala o algún otro fin, como la fiesta de Santa Bárbara.
Para impulsar más al teatro, y aprender a valorarlo, todos los profesionales del sector coinciden en un punto: la educación. "Tiene que haber más presupuesto para hacer actuaciones en los centros de enseñanza; motivar teatralmente las actividades extraescolares de teatro en los centros de educación", dice Presumido. "Hay que hacer una programación interesante y hacer que el niño y la niña tengan desde pequeños -afirma Gallo- acceso al teatro. Hay que darles productos artísticos de gran calidad, diversos y con continuidad. Tienen que acabar aprendiendo a amar las artes escénicas en general. Una obra de arte en vivo es irrepetible, y eso con la experiencia de ir día a día se acaba fidelizando al público".
Tanto las asociaciones de teatro profesional como las de teatro amateur trabajan por ganar nuevos aficionados a este arte. Reivindican el papel que la cultura tiene en la educación. Hacen obras para niños, adolescentes, jóvenes y adultos. Y no quieren que la falta de presupuesto los haga perder adeptos. No pueden permitirse eso en el país que dio al teatro a Lorca y a Valle-Inclán.
