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Así se prepara una "San Silvestre" con todas las de la ley

El jefe superior de Policía de Asturias, Ignacio José Díaz Salazar, un consumado "runner", ofrece los mejores consejos para afrontar la popular carrera de Nochevieja y, de paso, engancharse a una vida saludable

Lo habitual es que la Policía sea la perseguidora y que el que ha cometido una fechoría tenga que correr delante de ella para no terminar entre rejas. Pero hemos invertido los términos y somos nosotros los que corremos detrás de ella, simplemente para aprender cómo se corre de cara sobre todo a la "San Silvestre", la última carrera del año, pero no de una vida. Y para ello nada mejor que uno de los policías que más corren, que no es otro que el jefe superior, Ignacio José Díaz Salazar, un "runner" tardío -comenzó a correr a los 47 años y tiene ahora 63, aunque, la verdad, no los aparenta-, pero muy sólido y técnico.

Las pistas asturianas están estos días a rebosar de "runners", algunos de ellos con muy poca idea de lo que se traen entre manos, y luego llegan las lesiones, como las tendinitis, que le dejan a uno cojeando durante semanas por no calentar, por no estirar después de correr o, lo que es peor, por no llevar un calzado adecuado.

Díaz Salazar empezó desde cero, por el libro, y eso se le nota en la postura a la hora de correr: cabeza erguida, brazos flexionados que no van cruzando el pecho, sino que se mueven rectos, paralelamente al costado, rodillas que se elevan en cada paso, ritmo constante... Nada de las carreras alocadas de un Jimmy "Popeye" Doyle en French Connection. Estamos ante un corredor profesional.

Quedamos en las pistas deportivas del Llosalín, en Bueño (Ribera de Arriba). El jefe superior suele ser renuente a este tipo de cosas. No le gusta salir mucho en los medios, no le vayan a reconocer luego por la calle los "choros". Pero con lo de la carrera le hemos tocado el punto débil. Es un apasionado, no hay más que oírle hablar. "Aunque suene manido, éste es un marco realmente incomparable, tanto para el oído como para el espíritu. No se me ocurre nada mejor que correr por esta pista, rodeado por los colores del otoño, escuchando el murmullo del río mezclándose con la respiración rápida de la carrera... La verdad es que es un paraíso para el corredor", asegura de forma entusiasta este madrileño, aunque muy cercano a Asturias, al ser su mujer de León. La pista finlandesa de Oviedo no le gusta mucho porque "es muy agresiva", al ser toda de asfalto. Lo bueno del Llosalín es que "son dos kilómetros de tierra y otros dos de asfalto, con lo que las articulaciones sufren menos". Lleva unas buenas zapatillas. Echa un vistazo a las del redactor que le acompaña, que le han costado veinte euros, y tuerce un poco el gesto. "Gástate dinero en unas buenas zapatillas, son importantísimas para correr", aconseja.

Asturias no es una región problemática en cuanto a delincuencia, pero el puesto de jefe superior se las trae, y correr supone una auténtica liberación para este hombre. "Se desprende uno de las tensiones, se relaja, se aleja uno de la problemática laboral. Fluye todo. Te sorprendes encontrando soluciones que no veías a algún problema y te acabas diciendo: '¿Por qué no había caído yo en esto?'. Cuando coges el pico de forma, vas corriendo y vas flotando. Notas cómo se liberan las endorfinas. Es como un chute de droga, pero de forma sana", defiende este apasionado del "running".

Pero hemos venido en busca de consejo para correr, digamos, la "San Silvestre" de Oviedo, 5.500 metros, no mucho, cierto, pero con varias cuestas en el recorrido que se las traen. El plan propuesto por Díaz Salazar se resume fácilmente: "Se necesitan dos meses para prepararla", es su primera advertencia. "El primer mes hay que dedicarlo a la carrera continua, durante tres días a la semana; cuatro, mucho mejor. Los que no han corrido mucho es mejor que empiecen por combinar el caminar con el correr, dando prioridad progresivamente a la carrera. Por ejemplo, hacer tres kilómetros corriendo y cinco andando. Pasar la siguiente semana a hacer cuatro corriendo y cuatro andando, y así hasta lograr hacer los ocho kilómetros corriendo", aconseja.

El segundo mes de preparación hay que pasar a cosas más específicas: "Trabajar cuestas, hacer intercambios, dedicar un día a carrera larga continua", señala. En su caso, entrena cuatro días a la semana. Los martes hace cincuenta minutos de carrera continua. Los jueves los dedica a intercambios: diez minutos de carrera fuerte, seguidos de otros diez menos duros y otros diez para oxigenar las piernas. Los sábados los dedica a trabajar las cuestas. "Hago unos veinte o treinta minutos de rodaje y luego me voy a una cuesta que tengo localizada en el Parque de Invierno, que subo en minuto y medio, y la hago ocho o diez veces. Finalmente, el domingo tiene lugar la llamada tirada larga. "Una semana corro setenta minutos, otra ochenta, la siguiente noventa y luego, al domingo siguiente, vuelvo a bajar a setenta minutos", dice. Uno se atrevería a decir que una auténtica proeza a esa edad. Pero es que este hombre ha corrido la Maratón de Madrid, que dicen que es una de las más duras que existen, y es que siete colinas tiene el Foro. Aquí en Asturias ha compartido carreras incluso con la agente Verónica Pérez, campeona de España de maratón. "Corro con ella una hora y cuando paro ella dice: 'Bueno, jefe, yo sigo otra horita más'. Son palabras mayores", dice el jefe superior. En su caso, su tiempo en pruebas largas está ahora en cuatro minutos y treinta segundos el kilómetro.

Claro que para realizar este entrenamiento es importantísimo hacer un calentamiento adecuado. Mucha gente no sabe cómo hacerlo. "Es esencial tener bien regados de sangre los tendones y articulaciones. Para calentar, lo mejor es empezar con un trote suave durante diez o quince minutos. Después hay que pasar a ejercicios de movilidad de piernas, abductores, cuádriceps, femoral, gemelos, tobillos... Y al final de la carrera hay que ponerse en una barra y hacer estiramientos", indica. Y tiene que haber presión, debe doler. El jefe superior da también mucha importancia a los ejercicios de técnica de carrera, que de alguna forma incrementan la eficacia y la velocidad con menos esfuerzo. Hay varios. Los hay que trabajan el impacto del talón en el suelo; otros, el pie como palanca para correr (como saltar a la comba dando saltos muy frecuentes y apoyando la punta de los pies, avanzar a la pata coja, dar saltos con los pies juntos y apoyando en las puntas de los pies como un canguro o saltar con los pies juntos subiendo y bajando un escalón delante-atrás cayendo con la punta de los pies) o la impulsión de la rodilla, en este ejercicio se corre una recta exagerando la elevación y la flexión de la rodilla.

Puede parecer complejo, pero no lo es tanto, y quizá sólo esté indicado para aquellos que quieran tomarse el asunto de forma más seria. "Lo importante es hacer ejercicio", admite Ignacio José Díaz. Y en cuanto a la "San Silvestre", se trata de "una carrera para disfrutarla con los amigos y hacer hueco en el estómago para pegarnos luego una buena cena". No hace falta morir en el intento.

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