La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Asturias suena mucho en directo

La región vive una edad dorada de locales con actuaciones en vivo, y los jóvenes músicos piden un cambio de la normativa autonómica que compatibilice este florecimiento con la tranquilidad de los vecinos

Asturias suena mucho en directo

La música suena en riguroso directo en Asturias. A pesar de que la ley no está de su parte y de que no tienen toda la conexión con el público que a los expertos les gustaría. Pero las manos de los músicos, las voces de las asociaciones que los representan, el empeño de los promotores y el manejo de los técnicos de sonido han permitido que la región esté viviendo una época dorada de la música en vivo. Y todavía quieren más.

Hay salas cada vez más profesionalizadas, especialmente en Oviedo, ciudad que está marcando el ritmo. Entre todos han conseguido que grupos de música escriban "Asturias" las agendas de giras mundiales y que otros tantos, algunos más modestos, puedan tocar en condiciones dignas.

"En términos generales, desde el punto de vista del público, artistas y salas, creo que los que andamos por la treintena posiblemente estemos viviendo la mejor época. La demanda está repuntando, el interés de la gente por la música en directo se parece a la de los últimos años de los ochenta y principios de los noventa. Y hay más salas", afirma David Cuerdo, cofundador del colectivo promotor de conciertos "La Radio de Cristal". "Nosotros casi no salimos de Oviedo porque tenemos lo que queremos. Creo que estos últimos cinco o seis años, la escena en la ciudad está muy activa. No sólo en el indie, en todos los nichos musicales están saliendo bandas y cosas muy interesantes", añade Cuerdo, que reconoce que, si se hacen, es en parte gracias a la "rebeldía" de aquellos que arriesgan su dinero para que haya la oferta musical de la que ahora disfruta la capital asturiana.

Su caso es un buen ejemplo. En septiembre de 2015, junto con Marcos Flórez y Alejandro Ramos, abrieron La Salvaje, un local en Oviedo que organiza, como mínimo, dos conciertos a la semana. Ya han invitado a bandas exitosas del panorama musical como "Novedades Carminha" -el éxito fue tal que tuvieron que repetir la sesión en el mismo día- o "The New Raemon", que volverán el 18 de marzo. Pero no siempre se consiguen llenar los espacios.

Otro ejemplo de sala que ha abierto en los últimos años es la Lata de Zinc, una imprescindible ya en la escena ovetense. Pablo Humeante, programador allí, explica que tienen conciertos todos los días de miércoles a domingo. También algunos martes. "Creo que en cuanto a lo 'underground' y al club pequeño hay buena salud. No sé si es porque las pequeñas promotoras nos empeñamos en hacer cosas o si es porque la gente lo echaba de menos", afirma. "Recuerdo las primeras veces que monté conciertos. Lo hacíamos en sidrerías. Ahora los grupos saben que van a tener un equipo de sonido profesional. Es un buen momento para desarrollarse. Si alguien quiere tocar puede hacerlo en unas condiciones más que razonables", añade Humeante.

Pero, a pesar de traer tantos y tan buenos músicos, pocas veces venden todas las entradas como ocurriría, posiblemente, en ciudades del mismo tamaño del Reino Unido. Por la Lata de Zinc han pasado grupos como "Triángulo de Amor Bizarro" o "The Hinds", las cuatro chicas indies que están triunfando por el mundo como pocos grupos españoles lo hacen. El sábado próximo llevarán a su espacio a "The King Khan & BBQ Show", un grupo imprescindible dentro de la escena del garage a nivel mundial. Otros muchos son menos conocidos en nuestro país, lo que implica que la afluencia de público sea mucho más pequeña.

Jorge Otero, portavoz de la Asociación de Músicos y Músicas d'Uviéu, no tiene muy claro que el público esté tan interesado por la música en directo. "Mi sensación personal es que ahora mismo hay un poco más de oferta que de demanda. Hay muchísimos músicos y, sin embargo, la actividad de salir a ver un concierto está un poco más en desuso", lamenta.

Por eso desde la asociación están dándole vueltas a la posibilidad -entre otras tantas medidas- de cambiar los horarios de los conciertos. "Los músicos somos víctimas de un cambio cultural en el que la música ya no es algo tan importante para la gente joven. Todos miramos para las décadas doradas del pop rock. En aquella época lo único que la gente podía hacer era escuchar música. Eso los unía. Ahora ya no es tan importante para ellos", reflexiona Jorge Otero. Y añade: "Hemos visto situaciones de gente que no va a conciertos y el día que va a uno de rock le encanta. Algo pasa. Hay una desconexión entre el público y la oferta de conciertos, así que estamos viendo de dónde viene el problema y cómo se puede atacar".

En Gijón, sin embargo, la música en directo no se ha revitalizado tanto como en Oviedo. "Es más complicado en el sentido de que muchos locales que quieren hacer música en directo se encuentran con dificultades, tanto para ofrecer interpretaciones de temas en acústico como conciertos con más decibelios", explica Tono Permuy, dueño del bar Toma 3 de Gijón. En este local ofrecen un acústico prácticamente todas las semanas, pero siempre con dificultades. "Con ciertas complicaciones -explica- con los vecinos, por lo que siempre hay que hacerlos a una hora temprano. Normalmente con un solista únicamente no pasa nada, pero muchos sitios estamos expuestos porque queremos hacer música en directo dentro de unos criterios acústicos aceptables, pero no podemos".

En la ciudad existen grandes salas, como la Acapulco o la Albéniz. Pero hay otras tantas mucho más pequeñas que quieren apostar por la música y que se tropiezan con una ley de espectáculos que no se lo permite. "De nada sirve que haya locales de ensayo maravillosos, que se apoye a festivales si luego los grupos no tienen salas donde tocar. Eso es lo que hay que cambiar. Hay que hacer una ley más atractiva que contente a todos los sectores", dice Permuy.

A pesar de los problemas, también hay entusiastas que siguen con su empeño de que Gijón sea el punto de referencia musical que fue en la época del Xixón Sound. El último local en abrir ha sido La Subterránea, que se estrenó con el grupo neoyorquino "The Fleshtones" el 28 de enero.

Nada tiene que envidiarles a esas dos ciudades Avilés. "Se puede decir que, ahora mismo, Avilés está en un momento tremendamente dulce en lo relativo a la música en directo", afirma el promotor Béznar Arias. Explica que en Avilés hay unos seis, siete locales pequeños que todas las semanas, los viernes y los sábados, programan música. "Hay una programación que yo diría que es incluso excesiva para el número de habitantes que somos, pero que no deja de ser interesante para la gente a la que le gusta la música en directo. Lo digo por el hecho de poder escoger entre una amplia oferta".

Por eso considera que ahora lo más complicado es llevar público a los conciertos. "Ése es el reto que yo, como promotor, me planteo al levantarme todos los días por la mañana. ¿Dónde está el secreto de cómo llenar una sala en un concierto? No es una ciencia exacta. El público es soberano y uno no sabe por qué eligen ir a un evento o a otro", confiesa. Para Arias, la Administración municipal debería utilizar la música como aliciente para fomentar el turismo.

A pesar de que en Asturias ha nacido una gran oferta musical, pocos son los bares y salas que tienen permiso para organizar espectáculos de música en vivo. La ley del Principado de Asturias de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas, de 2002, define a los bares como locales con música amplificada, colocándolos fuera de la categoría de aquellos habilitados para "espectáculos públicos y culturales", en los que sí entrarían espacios tan variopintos como los circos, las plazas de toros, las sales de baile, los tablaos o las discotecas. Es decir, aunque se haga el mismo ruido, la música sólo puede provenir de un altavoz, nunca de un intérprete en directo.

La asociación de músicos ovetenses está en contacto con el Ayuntamiento de Oviedo y con el Principado de Asturias estos días para encontrar una solución. Quieren clarificar si se puede o no se puede hacer música en directo en los bares, porque hay interpretaciones opuestas de la ley. Y, en el caso de que no se pueda, esperan que se produzcan los cambios legislativos oportunos desde el Principado. Su pelea, dicen, afecta a toda Asturias al tratarse de una legislación autonómica.

"Los políticos -en el Ayuntamiento de Oviedo- no pueden controlar la interpretación de los técnicos, y los técnicos no pueden cambiar la opinión. Ellos defienden que están siguiendo una interpretación desde hace mucho tiempo", dice la asociación de músicos, y esa interpretación de la norma es que no se puede hacer música en directo en los bares.

De momento, la recién estrenada Sala Franelrock de Oviedo es la única que ha conseguido esa licencia específica de sala de conciertos. "Nosotros pedimos la licencia, que requiere más requisitos que un pub. Te piden una altura de 3,20 metros, unas características en los baños?", explica su promotor, Pachi Barceló. "Nosotros consideramos que la música en directo es parte de la cultura y que deberían facilitar que se pudiera realizar un circuito de música en directo en distintos locales", reclama Tono Permuy, del bar Toma 3 de Gijón, que recuerda que muy pocas salas tienen esa licencia y que, de no encontrar una solución, una ciudad tan musical como es Gijón quedaría por detrás de otras ciudades del entorno.

Vacío legal, ley antigua y obsoleta? Todos los expertos consultados por este medio sobre la legislación vigente utilizan los mismos términos para referirse a la norma. Esperan que se les escuche y que, finalmente, lleguen a un acuerdo entre las administraciones, los vecinos y los músicos para que, finalmente, Asturias viva la música con toda la profesionalidad y calidad que se merece y sin afectar a nadie. Sólo para disfrutar.

Compartir el artículo

stats