Los investigadores del Grupo de Conductas Adictivas de la Universidad de Oviedo están constatando el auge que está cobrando el juego on-line entre los jóvenes asturianos y españoles. Hay varios factores que intervienen en ello. Por una parte, indican, las pantallas aportan seguridad personal al usuario. Es decir, no hay que salir de casa y exponerse públicamente. No es lo mismo que ir "en persona" a un Casino o a una sala de juegos. Por otra parte, los controles para menores de edad resultan más difíciles de burlar en la red. Pero también está cambiando el tipo de juego. Lo que manda ya no son las tragaperras o los juegos de Casino. Ahora son las apuestas deportivas y el póquer. Estos expertos indican que en el caso de las apuestas se produce un curioso efecto de enmascaramiento. El valor que cultivan mientras apuestan es el deporte: siguen la competición y, de paso, hacen apuestas. No puede haber nada malo en ello. Al fin y al cabo es deporte, ¿no? Parece que hay menos riesgo "porque la actividad principal es el partido", apunta Víctor Martínez Loredo. Además, la publicidad que tiene el juego en España también ayuda a "normalizar" una actividad que puede acabar en adicción. "Los anuncios más caros son los de la lotería. Parece que no está bien visto no jugar", reflexiona Aris Grande.
