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Cuando el asturiano hace animaladas

Los expertos reclaman un protocolo de atención y sentencias ejemplares ante el aumento de denuncias por agresiones a animales, pero advierten de que "humanizarlos" también es maltratar

Armando Solís Vázquez de Prada, con "Blanquito", paciente de su clínica. IRMA COLLÍN

Cada año se abandonan en España unos cien mil perros, según los datos que manejan las protectoras de animales. Los de caza, sobre todo galgos, son los que corren peor suerte. El Senado acaba de ratificar por unanimidad el Convenio Europeo de Animales de Compañía, que prohíbe el corte de la cola a los perros por razones estéticas. Aquí, en Asturias, la sentencia más reciente por maltrato animal fue de nueve meses de prisión para el propietario de la burra "Margarita", que murió de desnutrición en Llanes. Un caso extremo, según los expertos, aunque son unos cuantos los conocidos, sobre todo en el último año. Las denuncias aumentan y los defensores de los animales reclaman un protocolo de actuación que permita a los profesionales saber qué hacer cuando se presenta un caso de maltrato animal. Igual que con las mujeres maltratadas, dicen.

Los animales no son cosas, como se les consideraba antaño y todavía a día de hoy los tratan muchos. Pero tampoco son personas, aunque también haya quienes les traten como tal. Los expertos matizan: son animales no humanos, seres dotados de sensibilidad, y así es como la sociedad les debe ver y tratar, en base a unos valores éticos y morales que respetan y defienden las "libertades animales": libre de sed y de hambre; de incomodidad, dolor, lesiones y enfermedades; de expresar comportamientos anormales para su especie; y de miedo y angustia. Es en este sentido en el que las personas deben, según los especialistas, tratar y atender las necesidades del resto de especies.

La Fiscalía del Principado aprecia un leve ascenso de denuncias interpuestas, probablemente debido a la labor realizada por las asociaciones de protección de animales y también por un incremento de la conciencia ciudadana en este sentido. Nuria Menéndez de Llano es la directora del Observatorio Justicia y Defensa Animal en el Principado. Basándose en los datos de la Fiscalía de Medio Ambiente, en 2016 se presentaron en la región un total de 31 denuncias penales por maltrato animal. De ellas, 28 se resolvieron con condenas y 3 absoluciones. Esta organización denunció en toda España 200 casos de maltrato animal, y en sus cinco años de vida la cifra de denuncias ronda las 2.000, tanto en vía administrativa como penal.

"Los resultados en el ámbito penal están siendo buenos en Asturias porque el fiscal responsable, Alejandro Cabaleiro, desarrolla una gran labor con enorme efectividad. Pero a nivel nacional, mientras en los últimos dos años se duplicaron las denuncias interpuestas por maltrato animal, sólo un 7% de las causas penales de 2015 por estos delitos acabaron con una sentencia condenatoria", precisa Nuria Menéndez de Llano. Y desde luego, son muy escasos, casi extraordinarios, los que ingresan en prisión. En Asturias, nadie.

Aún así, el avance legislativo contra el maltrato animal va más rápido que el social, donde existe una clara polarización entre quienes tratan de "humanizar" a los animales y quienes los tratan como cosas, propiedades sobre las que tienen derecho absoluto.

Benito Aláez, catedrático de Derecho Constitucional y experto en la novedosa disciplina de Derecho Animal, explicó que el Código Civil sigue considerando a los animales como cosas, con un propietario que tiene potestad sobre ellas. Aunque será por poco tiempo. El Congreso de los Diputados ya aprobó por unanimidad una proposición no de ley para modificarlo y considerar a los animales como "seres dotados de sensibilidad", según el criterio de la nueva moral social que se acoge al Tratado de funcionamiento de la Unión Europea.

En España existe desde la década de los 90 leyes autonómicas de derecho y protección de animales -en Asturias desde 2002-, pero son muy desiguales entre sí. "Se necesita una reforma con un criterio unificado para todo el país, y desarrollar un reglamento", remarcó Aláez. También Asturias afronta su particular reforma legal. El pasado 11 de abril de 2017 el Observatorio Justicia y Defensa Animal llevó al Parlamento asturiano un Plan contra el Maltrato Animal.

Pero uno de los mayores avances en la protección penal de los animales en el conjunto del país ha venido de la mano de la reforma del Código Penal de 2015, que incluye al animal doméstico o amansado; los que habitualmente están domesticados; el que temporal o permanentemente vive bajo control humano, y a cualquier animal que no viva en estado salvaje. E incorpora como conductas típicas delictivas "maltratar al animal injustificadamente, por acción u omisión, produciendo un menoscabo grave de la salud" -delito de resultado-, y "someter al animal a explotación sexual: la acción consiste en utilizar al animal con fines sexuales", -la acción consuma el delito-.

Pese a todo, según Nuria Menéndez de Llano, el porcentaje de sentencias es bajo por diferentes motivos: "Falta de formación específica en Derecho Animal y de sensibilidad entre los operadores jurídicos, que no siempre perciben los casos de maltrato animal como graves. También es necesario un protocolo legal de actuación que determine de oficio, por ejemplo, el decomiso del animal, o que sea un veterinario forense el que examine a la víctima del supuesto maltrato, e incluso que se nombre a un depositario judicial para que se haga cargo de su custodia". Medidas similares, y salvando las distancias, a las que se adoptan con las personas.

¿Sería esto un exceso? De ninguna manera, coinciden los expertos. Armando Solís Vázquez de Prada es presidente del Colegio de Veterinarios del Principado de Asturias y de la Red Española de Identificación de Animales de Compañía (REIAC), además de miembro del Consejo General de Veterinarios de España y delegado español en la Federación de Veterinarios de Europa (FVE). "Quien tiene un animal de compañía lo trata como si fuera un miembro más de la familia, y en ese sentido de atención y cuidados, no está mal tratarlos como a personas, lo que nos obliga a los profesionales a estar al día en todo igual que a los médicos. De ahí que haya especialistas en distintas ramas".

Solís remarca que "los países socialmente más avanzados tienen mayor conciencia de que los animales son seres que sienten y sufren y por eso es nuestra obligación, como seres humanos, atenderles y cuidarles. En España, una parte de la sociedad también actúa así, pero aún quedan personas que siguen tratándolos como cosas". Añade el presidente de los veterinarios que "el maltrato animal debe estar perseguido y hay que conseguir que desaparezca, no sólo con leyes, que también, sino con un intenso trabajo de concienciación de la sociedad, empezando por los más pequeños en el colegio".

El abandono de animales de compañía, sobre todo de perros, también es una forma de maltrato. Paulino Fernández Gutiérrez, Pau, es el gerente actual del albergue canino de Langreo y de la empresa de adiestramiento Dog Harmony. En el primero recoge a perros abandonados, y en el segundo enseña. "El abandono es una problemática en realidad desconocida. Normalmente se produce cuando el animal no cumple los objetivos ni las expectativas del dueño, bien por enfermedad física o psicológica, que en muchos casos está provocada por el desconocimiento en la tenencia de perros".

Este experto en adiestramiento canino advierte de que "hay que concienciar al conjunto de la sociedad de que el perro no es una lavadora, no es una cosa que cuando no sirve se retira. Tiene unas necesidades que atender, y es otra especie, con otro lenguaje, lo que nos obliga a tener al menos una idea sobre ella para relacionarnos".

Pero dicho esto, Pau lanza una señal de alerta: cuidado con caer en la antropomorfia, cuidado con llevar los cuidados y las atenciones al extremo y trata de "humanizar" a los animales. "Si alguien quiere ponerle un chaleco o un chubasquero a su perrito, o un lazo, estupendo. Pero no se puede tener a un animal de compañía como si fuera un niño, porque no lo es. Porque si se hace eso, también se le está maltratando. Tratar a cualquier especie diferente a la nuestra como si fuera uno de nosotros es aberrante. El perro pierde su identidad como perro y eso también es maltratar".

El catedrático en Derecho Constitucional Benito Aláez también defiende la personalidad de los animales y esgrime la sentencia histórica que en diciembre de 2014 reconoció que "Sandra", una orangután que llevaba 20 años encerrada en un zoológico de Buenos Aires, es una "persona no humana", con sentimientos y por lo tanto se le debería otorgar mayor libertad. Ahora Sandra vive en una reserva natural en Brasil.

"Cuanto más se comparan las características científicas, lejos de la religión o la moralidad, más fácil es ver similitudes entre los animales, los humanos y los que no lo son. Se ha demostrado que los primates, los delfines y los elefantes poseen sentimientos, conciencia de presente, pasado y futuro y desarrollan reglas sociales con una moral", defiende el jurista. Aunque Aláez admite que sobre perros y gatos no hay tanta evidencia científica de que tengan conciencia. Al parecer, viendo algunas "animaladas", tampoco sobre algunos animales humanos.

Los casos recientes de maltrato animal

Burros, cabras, perros, lobos y buitres, víctimas de salvajes agresiones o del abandono de los asturianos

Arrastrado por un todoterreno

Un tinetense de la pequeña localidad de ¬Barredo ató a su perro de caza a su todoterreno y puso el vehículo en marcha, arrastrando al animal por un camino lleno de barro. Un vídeo captó la secuencia y sirvió de prueba para la denuncia ante la Guardia Civil.

La lucha contra el veneno

Rescatadas junto a un contenedor

“Negra” y “Canela” eran dos cachorros hembra de pocos días que fueron abandonados en una caja de cartón junto a un contenedor en el barrio gijonés de Pumarín. Su rescatadora contó la historia en las redes sociales y le llovieron peticiones de adopción

Los furtivos, otro gran enemigo

Un perro y un buitre -especie protegida en Asturias- aparecieron colgados en un árbol de Riospaso, en el entorno del parque natural de las Ubiñas, el pasado octubre. La causa de la muerte fue el veneno, un enemigo silencioso que llega de la mano de furtivos.

“Marina” recupera el color

La burra “Marina” fue la protagonista de una salvaje broma que consistió en pintarla de amarillo cuando estaba en una finca de La Pereda, en Llanes. Esta ocurrencia le pudo haber costado la vida, por ejemplo si hubiera llovido, debido a la toxicidad del producto.

“Mojito”, ese cachorro feliz

“Mojito” era un cachorro de león triste y maltratado que vivía en un circo francés y al que rescató la Guardia Civil en Valencia. Él y su hermano “Tintín” fueron trasladados a Llanes, donde se recuperaron de sus heridas y de la malnutrición que padecían.

La mala puntería fue la salvación

Cuatro de seis cachorros de tamaño diminuto se salvaron porque quien los tiró no tenía puntería, o fuerza suficiente para que la bolsa de plástico y el saco en el que los metió para arrojarlos al Nalón llegaran al agua. Los supervivientes fueron rescatados.

La lucha contra el veneno

El repunte de ataques a mascotas en distintas zonas de Gijón ha hecho que los vecinos se movilicen e incluso se planteen la creación de patrullas ciudadanas de vigilancia. No se trata de crear alarma social, pero sí de concienciar para evitar el delito.

Trágico final para “Margarita”

La burra “Margarita” de Llanes murió de desnutrición y deshidratación, que le generaron un fallo multiorgánico y neurológico. Su dueño acaba de ser condenado a nueve meses de prisión, la misma condena que ya se le había puesto por otro caso anterior.

“Dori”, una cabra con suerte

La cabra “Dori” fue abandonada amarrada a una farola de la avenida de Torrelavega, en Oviedo. Cuando se la encontró estaba a punto de morir. Su dueño dijo que se la habían robado, pero no fue a por ella. La asociación Anadel la acogió y le ha dado un hogar.

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