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"Interstellar": el universo según Kip Thorne

El filme de Christopher Nolan muestra de un modo comprensible para el gran público las teorías del astrofísico, premio "Princesa de Asturias"

La nave "Endurance" se aproxima al agujero de gusano.

Obra maestra de calado generacional para unos, película fallida y pretenciosa para otros. "Interstellar", la epopeya galáctica dirigida por Christopher Nolan, dividió a la audiencia tras su estreno en 2014. Incluso entre los científicos, su aproximación a ciertas teorías sobre la gravedad y la plasmación de fenómenos como los agujeros negros motivó posiciones encontradas. Todo ello pese a que Nolan contó para su película con un asesor de excepción: Kip S. Thorne, uno de los astrofísicos a los que la Fundación "Princesa de Asturias" ha distinguido con el premio de Investigación Científica y Técnica.

Para Christopher y Jonathan Nolan, autores del guión de la película, Thorne era más que un asesor científico al uso. De hecho, la idea inicial de "Interstellar" fue pergeñada entre 2005 y 2006 por el astrofísico y Lynda Obst, veterana productora de Hollywood que ya había trabajado con Robert Zemeckis en "Contact", inspirada en el libro homónimo de Carl Sagan.

El planteamiento era sencillo: hacer una película que recogiese las últimas teorías sobre fenómenos gravitatorios, agujeros negros, agujeros de gusano y, por supuesto, las ondas gravitacionales, todo ello con un respecto máximo por la veracidad científica. Un proyecto que inicialmente iba a dirigir Steven Spielberg, pero que comenzaría a tomar forma con la entrada de los Nolan en la producción.

El punto de partida del filme es dramático: la Tierra se muere, consumida por las plagas y devastada por los excesos de una humanidad sucia y hambrienta, que cabalga hacia la extinción. "Antes mirábamos hacia arriba soñando con qué lugar ocuparíamos entre las estrellas. Ahora miramos hacia abajo, angustiándonos con qué lugar ocuparemos entre el polvo", comenta, al inicio del filme, el protagonista: el piloto Cooper (Matthew McConaughey).

Esta visión apocalíptica resulta inquietante, con el cambio climático, la deforestación y la contaminación en el horizonte. En este escenario, aparece en pleno Sistema Solar un agujero de gusano que, según las primeras investigaciones, sería la puerta de entrada a una docena de exoplanetas, potencialmente habitables. Y la NASA, o lo que queda de ella, se lanza a la exploración buscando un nuevo hogar para esa humanidad al borde de la oscuridad.

Las leyes de la relatividad, los efectos de las ondas gravitatorias o la naturaleza de los controvertidos puentes de Einstein-Rosen o "agujeros de gusano", cuya existencia es hipotética, se integran en la trama de la película, tal y como deseaban Thorne y Obst, e incluso juegan un papel fundamental en determinados momentos. El astrofísico colaboró además en el desarrollo visual del filme, lo que se aprecia en la plasmación en pantalla de fenómenos como el agujero negro "Gargantúa" o la entrada al agujero de gusano.

La búsqueda del rigor científico generó incluso ciertas tensiones durante el proyecto. Thorne y Nolan se enfrascaron en una discusión de dos semanas por la intención del cineasta de "permitir" a uno de sus personajes viajar más rápido que la luz. El insistente Thorne ganó la discusión.

Desde su mismo estreno, la controversia acompañó a "Interstellar", tanto por su calidad fílmica como por su verismo científico. En lo primero, el filme ha ido ganando prestigio con los años (y los visionados). En lo segundo, logró abrir intensos debates científicos, incluso en foros no especializados. Lo cual es un logro en sí mismo.

Thorne defendió sus teorías y su plasmación en la película con un libro, "The Science of Interstellar", en el que agradece a los Nolan, Lynda Obst, Emma Thomas y Steven Spielberg recibirle en Hollywood y "darme esta maravillosa oportunidad de cumplir mi sueño, de transmitir a la próxima generación mi mensaje de la belleza, la fascinación y el poder de la ciencia".

SEIS DEBATES CIENTÍFICOS EN INTERSTELLAR

La plaga

La Tierra se muere. Una misteriosa y proteica plaga está acabando con los cultivos y, al tiempo, liquidando el oxígeno de la atmósfera. Ataca de manera indistinta a todas las especies vegetales, sin que haya manera de frenarla. Los agricultores se ven obligados a quemar, frecuentemente, buena parte de sus cosechas para salvar la totalidad de la plaga. El trigo y la ocra ya no son viables, y sólo el maíz ofrece un refugio para los cultivadores. Aunque no durará mucho más de una generación: el hambre primero, y la ausencia de aire respirable después, acabarán con una humanidad que vive sumergida en el polvo.

Agujero de gusano

Los puentes de Einstein-Rosen, o “agujeros de gusano”, son una formulación teórica ante la que muchos científicos se muestran escépticos. En teoría, se trataría de “atajos espaciales” que permitirían cubrir grandes distancias en muy poco tiempo, merced a un túnel entre dos dimensiones o, incluso, entre dos universos. Pero los científicos discuten primero su posible existencia; segundo si de existir podría entrarse en ellos; y tercero si, al entrar, se podría salir o si la estructura espacio-temporal colapsaría.

Planeta de Miller

El primero de los tres destinos del viaje de Cooper y sus compañeros es el planeta en el que aterrizó Laura Miller. Su proximidad a Gargantúa, un espectacular agujero negro, provoca importantes alteraciones en el planeta. Por un lado, el tiempo pasa mucho más despacio que en la Tierra, de tal manera que una hora sobre la superficie del planeta de Miller equivale a siete años en nuestro pequeño punto azul pálido. Por otro, las alteraciones gravitacionales provocan gigantescas olas que alcanzan los cuatro kilómetros de altura.

Agujero negro

Las alteraciones gravitacionales que padece el planeta de Miller, y que afectan tanto a su naturaleza como al paso del tiempo en su superficie, son provocadas por su proximidad a Gargantúa, un espectacular agujero negro situado junto a sistema en el que se localizan los tres posibles destinos de la misión.

La recreación del agujero negro está fuera de discusión. Un equipo de treinta personas invirtió un año de trabajo para dar forma, en pantalla, a Gargantúa, y el resultado es magnífico. De hecho, se considera la mejor representación de un agujero negro que se ha hecho, incluyendo la presencia de un disco de acreción, y consideran además que las perturbaciones gravitacionales que provocaría están muy bien representadas.

Planeta de Mann

La segunda parada en el periplo de la “Endurance” es el planeta en el que aterrizó el doctor Mann, el líder de las misiones de exploración “Lazarus”. Nada más entrar en la atmósfera, con alto contenido en amoniaco, los astronautas descubrirán las nubes heladas, que conforman un singular horizonte. Pero será en su gélida superficie, de estremecedora belleza, donde Cooper y sus compañeros se enfrentarán a la verdad sobre su misión y a la auténtica naturaleza de Mann. Este inhóspito planeta es uno de los aspectos más controvertidos, científicamente hablando, de “Interstellar”. El propio Kip Thorne reconoció en una entrevista que hay una licencia artística en la plasmación de las nubes heladas:_“Estas estructuras van más allá de lo que creo que la resistencia del material de hielo sería capaz de soportar. Pero consideremos que, si esa es la violación más flagrante de las leyes físicas, entonces lo hicieron muy, muy bien”.

El teseracto

Siguiendo las teorías de Einstein, dentro de cada agujero negro hay una singularidad:_la masa completa de una estrella colapsada en una región de espacio. “Si un agujero negro fuera una ostra, la singularidad sería la perla que hay dentro”, se dice en “Interstellar”. Mas en Gargantúa, además de la singularidad, hay otra cosa: el teseracto, una construcción artificial tetradimensional que recrea la habitación de Murph, la hija de Cooper. Y lo hace convirtiendo el tiempo en algo físico, para que el astronauta pueda encontrar la manera de transmitir a su hija la información necesaria para salvar a la humanidad. Aunque desde un punto de vista científico la solución puede ser cuestionable, la alusión a la Biblioteca de Babel de Borges y el hecho de que los Nolan sitúen la salvación de la humanidad, precisamente, en una biblioteca invitan a ejercer la suspensión de la incredulidad y disfrutar del soberbio, y nutritivo, espectáculo.

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