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ETELVINO GONZÁLEZ LÓPEZ | Filósofo, educador y presidente de la Asociación de Amigos del Paisaje de Villaviciosa "Cubera"

"El día que nací cayeron diez bombas sobre Villaviciosa "

"Conseguir que las niñas de San Ildefonso pudieran cantar la lotería fue una lucha a brazo partido con las mamás, que decían que no estaban preparadas"

Etelvino González, en la residencia Miyar Somonte de Villaviciosa, situada en la localidad de Amandi, donde vive desde hace seis meses.

Llegó al mundo mientras la Legión "Cóndor" bombardeaba Villaviciosa y no concibe su existencia si no es "haciendo algo positivo para la comunidad civil". Etelvino González López, que encarna el espíritu humanista de la inquietud intelectual universal, habla con tono reposado y reflexivo, intercala frecuentes sonrisas e hilvana una vida de constante investigación.

Fundador de la Asociación de Amigos del Paisaje de Villaviciosa, "Cubera", en el año 1983, preside el colectivo desde 1999 y acaba de ser nombrado hijo predilecto del concejo por cuanto le ha aportado estudiando, buscando y peleando por conservar algunos de sus valores paisajísticos, patrimoniales y sociales más importantes. Como el mismo González dijo en el acto en que fue distinguido, seguirá haciéndolo "mientras las fuerzas asistan y más allá".

Llevado bajo un puente al nacer. "Nací en Valbúcar, en Amandi, el 7 de octubre de 1937. Cuando estaba naciendo la Legión 'Cóndor' estaba soltando bombas en Villaviciosa y luego supe, por diferentes documentos, que aquel mismo día fueron diez. La gente de la Villa había salido por los bombardeos y vivía en casas y cuevas en los alrededores. Nada más nacer nos cogieron a mi madre y a mí y nos llevaron debajo del puente de Valbúcar. Este dato es solemne, me gusta decirlo. Mi padre tenía una panadería, mis abuelos habían sido panaderos y otros hermanos también. Lo fueron sus hijos menos yo y lo fueron algunos nietos. Tenía el negocio en la calle Magdalena de Villaviciosa, donde ahora hay una tienda de chinos. La floristería era un almacén de harina y la librería de Tino era el despacho de pan, que atendió siempre mi hermana Argentina. Nos criamos cinco hermanos, pero mis padres tuvieron cuatro parejas, ocho hijos en total. Mis hermanos mayores nacieron en Amandi, donde vivían mis padres".

Recuerdos felices de las primeras letras. "Me crié en la Villa a partir de los diez o doce días e hice las primeras letras en las Carmelitas de la Caridad, institución fundada por Joaquina de Vedruna. Hice la primera comunión en mayo de 1945, en los días en que se termina la II Guerra Mundial. Inmediatamente pasé al colegio San Francisco, donde hice la Primaria y primero de Bachiller. De estos dos centros yo sólo tengo buenos recuerdos. No sólo los valorables de la cultura, sino que lo pasé bien. Recuerdo con cariño a los compañeros y amigos, algunos se han ido para otro sitio. Después me fui a Valdediós, donde estaba el seminario, porque veía a los seminaristas, que jugaban al fútbol, y me tentó aquello. También allí fui muy feliz. En mi curso estaban el Padre Ángel y Ovín de la Vega, el director de la Coral 'Capilla de la Torre' de Villaviciosa. Fuimos la promoción que cerramos el seminario de Valdediós en el año 1951".

El ideal de ser misionero. "Tras la beatificación de Fray Melchor, a partir de entonces San Melchor, a mí me entró el idealismo de ser misionero y me fui a los Dominicos. Estudié la Filosofía en las Caldas de Besaya, al lado de Torrelavega, y la Teología en Salamanca. Esto dura cinco años y cuando acabo tengo 23, me ordeno con dispensa de edad, pues había que tener 24 y el Papa Juan XXIII me permitió hacerlo antes de la edad canónica. En Asturias me inicié en pastoral de movimientos especializados, como la JEC (Juventud Estudiantil Católica), y con monseñor Tarancón fui consiliario de la Juventud Independiente Católica. Ambos son movimientos que ya han desaparecido. Hablamos de los años 1962 a 1966. De aquí me fui a un suburbio de Madrid, en Carabanchel, a trabajar en un albergue que todavía existe de gente sin hogar, cuyo cincuentenario se acaba de cumplir y cuya historia me encargaron escribir".

Crisis de vocación y de fe. "En este tiempo me va acometiendo una crisis primero de vocación y luego de fe. Hay desconcierto por lo que está pasando en la Iglesia y en el mundo. E inmadurez personal, hablamos de un paisano de veintitantos años. De acuerdo con la orden me fui a Barcelona a estudiar Pedagogía, pero hice sólo una parte y me pasé a Filosofía. Trabajo como profesor primero en una academia de idiomas y luego en un colegio de la alta burguesía catalana. Después de aquellas vivencias tengo un gran afecto a Cataluña y por eso sufro mucho con la actual deriva secesionista. Al final me secularizo en el año 1970, me caso y tengo dos hijos. Cuando iba a nacer mi segundo hijo me llamaron de la central de la editorial Planeta para proponerme irme a Madrid a abrir una delegación".

Reconstrucción del PSOE. "En Madrid trabajé políticamente en la reconstrucción del PSOE y en la Universidad Complutense hago el doctorado en Filosofía. En el partido éramos cuatro gatos y en un momento empiezan a venir a afiliarse por miles. Formamos una comisión y a mí me asignaron ser secretario de formación. En aquella época trabajé como colaborador de Luis Gómez Llorente, y cuando se celebraron las elecciones del 77, que ahora tienen tanta repercusión, vine con él a Asturias para ayudar en la campaña. El día 15 de junio actué como apoderado de la candidatura del PSOE en Madrid. En la reconstrucción del partido teníamos un problema, que cada uno que se quería afiliar tenía que venir avalado por dos personas, hacer una entrevista y demás. Tuve que inventar un sistema, recibirlos en grandes grupos en un teatrillo en Madrid, darles una charla y poner una proyección sobre la historia del partido. Les guiábamos hacia los que empezaban a ser locales de la federación, a cada uno según donde viviera. Fue tremendo aquello. Había que montar las agrupaciones en los pueblos. Recuerdo ir en coche por la noche, nevando, a la sierra y a El Escorial".

Evolución de la fe y crisis matrimonial. "En este tiempo estaba en plena crisis de fe. No apostaté, pero no quería saber nada con la historia. Luego, por experiencias externas, interiores y mi evolución personal fui readaptando mi vida a la creencia, poco a poco, con muchas dificultades intelectuales y personales. Había habido experiencias dolorosas y hay un momento en que dices 'no quiero saber nada con vosotros'. Nunca falté al respeto, sino que me desentendí y esto duró unos cuantos años. Después experimenté un proceso de evolución personal lenta y hay un momento en que sobreviene una crisis matrimonial, una crisis de hogar. Me veo abocado a quedarme solo con mis hijos, de 6 y 7 años, y estos chicos salieron de casa con una carrera universitaria los dos. Trabajo en el colegio San Ildefonso de Madrid, fui quien puso a las niñas a cantar la lotería. El colegio pasó de ser masculino a mixto y había que incluir a las niñas en este acto. Fue una lucha a brazo partido con las mamás que decían: 'No están preparadas, no valen para esto' ".

El regreso a Asturias. "De Madrid salgo para regresar a Asturias en 1988. Un día veo un anuncio en 'El País' donde se pedía un responsable para una entidad educativa en Asturias. Por esa cosa que tenemos los asturianos, que no necesito explicar porque todos nos entendemos, lo de regresar me tentaba una barbaridad. Me puse de acuerdo con mis hijos, que tenían entonces 14 y 15 años, presenté mi currículum y entre noventa y tantos me eligieron a mí. En 1988 vine a dirigir lo que se llamó siempre el Orfanato Minero, al que acabé cambiando de estatutos y el nombre y pasó a llamarse Fundación Docente de Mineros Asturianos, Fundoma. Allí hice una labor de la que estoy contento, de transformar las dependencias: en lugar de vivir en dormitorios, un espacio corrido, se hicieron habitaciones. Y sobre todo un trato educativo actual, moderno. Una de las cosas que establecí fue que tenían que salir un día a la semana a Oviedo. El Fundoma es una entidad que ha cumplido una misión absolutamente meritoria desde su fundación en el año 1923 hasta hoy. Ahí me jubilo en el año 2003, a punto de cumplir 66 años".

Amigos del Paisaje de Villaviciosa, "Cubera". "Vivo en Oviedo, pero tengo un piso en la calle La Magdalena de Villaviciosa que me han dejado mis padres. Junto con toda esta tarea educativa, mi inquietud me llevaba a movimientos o tareas de tipo social y cultural. Y ya antes de venir, viviendo todavía en Madrid, lancé la Asociación de Amigos del Paisaje de Villaviciosa, 'Cubera', en el año 1983. Hablé con tres amigos -Miguel González Pereda, Fernando Zaldíbar Caso y Manuel Blanco Sarasola- y con ellos hicimos una asamblea en agosto de 1983 a la que asistieron veinticuatro personas. Ahí se fundó 'Cubera', empezamos a funcionar y a sacar una revista. En el año 1991 nos dan el premio al 'Pueblo ejemplar' que concedía la entonces llamada Fundación Príncipe de Asturias. Cuando dan el primer premio, en 1990, alguien desde la comisión dice que tiene que ser para 'Cubera', pero según los estatutos sólo podía concederse a un pueblo. Tuvieron que cambiarlos para que fuera a un pueblo o grupo humano y el segundo año nos lo dan a nosotros. Viene el Príncipe Felipe a entregárnoslo en el monasterio de Valdediós".

Valdediós, un continuo referente. "Para nosotros, para 'Cubera', Valdediós era un asunto importantísimo. Habíamos lanzado la campaña 'Salvad Valdediós' con una comisión que presidió don Antonio Hernández Gil. El monasterio estaba entonces camino de la ruina y hubo mucha sensibilidad por parte de quien en la época era consejero de Cultura, Manuel de la Cera, y su director general de Cultura, Emiliano Fernández, que me va a colgar por decirlo porque lo hizo todo y no quiere que se diga. Era presidente Pedro Silva y arzobispo don Gabino Díaz Merchán. De la conjunción de todos estos poderes y saberes sale una restauración física de Valdediós. Pero claro, había que llenarlo. Ahí la labor del arzobispo don Gabino fue fundamental y viene a Valdediós un mínimo número de monjes del Císter que lo ponen en marcha. Al tiempo que las escuelas taller van haciendo un trabajo importantísimo, los monjes van haciendo su labor física y sobre todo espiritual y en pocos años constituyen Valdediós en un centro de atracción y de referencia para toda Asturias".

Segunda entrega, mañana, lunes:

"Villaviciosa salió de la pobreza gracias a la Nestlé, y permitieron que se fuera"

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