Raquel Casado (Gijón, 1968) es la Jefa Provincial de Tráfico en Asturias desde el 11 de agosto de 2009. Hija de asturiana, ha vivido y desarrollado su carrera profesional en Madrid, Guadalajara y Alcalá de Henares. "Sólo hubiera salido de Madrid para venirme a Asturias, y lo decidí al nacer mi hijo, porque la calidad de vida que hay aquí no tiene precio", afirma. La Asociación Española de Carretera la acaba de premiar en reconocimiento a su labor, que ella insiste, "no podría hacer sin el fantástico equipo de personas que trabajan conmigo".
-¿El tráfico influye en la calidad de vida?
-Mucho. Asturias es una comunidad muy tranquila, y más si se compara con Madrid. La Jefatura está bien dimensionada en cuanto a personal, lo que permite dar un servicio razonable a los ciudadanos. La cita previa es de un día para otro, salvo en verano y Navidades, que puede ser como máximo de tres días. Eso es impensable en otras comunidades. Se realizan exámenes para la obtención del permiso de conducir todos los días de la semana, lo que permite que no haya retrasos, y tenemos en marcha muchos proyectos que sería imposible sacarlos adelante sin la participación de todos.
-En Asturias también hay atascos.
-Hay pocos atascos, salvo que se produzca un accidente o haya obras. Otra cosa es que cuando hay un choque, por pequeño que sea, se produce lo que llaman el "efecto mirón" y ralentizan el tráfico. Pero salvo excepciones, un atasco en Asturias son unos minutos, no horas. Además, aquí se circula con más calma, no hay la presión que hay en otros sitios.
-En verano sí se producen caravanas.
-Bueno, hay más complicaciones porque hay más turistas y al asturiano, que tiene su ritmo de circulación y los tiempos medidos, le afecta. Pero si hay atascos es en horas puntuales y porque todo el mundo va y viene de la playa a las mismas horas.
-Usted siempre dice que Tráfico se centra en las personas y en la seguridad vial y que las carreteras no es de su competencia, pero el estado de las vías también influye en la accidentalidad.
-En Asturias tenemos buenas carreteras, tanto en las que dependen del Estado como las del Principado, y se está haciendo un esfuerzo en tareas de mantenimiento y mejora. Pero la orografía asturiana es la que es, y hace que el trazado de las vías sea complejo. Eso lo hace más difícil, pero también más bonito.
-¿Es elevada la siniestralidad en carretera en la región comparada con otras regiones?
-No me gustan las comparaciones. Pero los datos de accidentes con fallecidos este año son curiosos. Ha habido 12, de los que cinco fueron de motocicletas; cuatro, en caminos y pistas forestales; uno de un turismo, otro de un tractor-camión y uno de una ciclista en Llanes. En los últimos años han aumentado los accidentes en caminos y pistas forestales, y esto es curioso. Sin fallecidos, se ha pasado de 247 accidentes a 203 el año pasado, y ahora llevamos 23. En los últimos tres años en el 80% de los casos de accidentes las víctimas no tuvieron que ser hospitalizadas.
-Una de las campañas de Tráfico se centra en la atención a los ciclistas por la cantidad de accidentes que se producen. Sin embargo, en Asturias no hay constancia de que haya muchos.
-Es cierto que ha habido muchos accidentes y muy graves en otras comunidades autónomas. Y también es verdad que ha aumentado mucho el uso de la bicicleta, también en Asturias. Pero en esta región hay mucha cultura de cicloturismo y salvo el accidente al que me referí antes, no tenemos la siniestralidad que hay en otras regiones. La clave está en que todo el mundo tiene que aprender a respetar al otro, y ésa es la manera de convivir. Los conductores de vehículos deben cumplir estrictamente las normas de tráfico y entender que el que va en la bicicleta es el más vulnerable. Y el ciclista debe comprender que por su condición debe ser extremadamente prudente.
-Se han encontrado chinchetas en las carreteras transitadas por cicloturistas, cables, lazos... ¿Se persigue esto? ¿Qué sanción o castigo tiene?
-Más allá de la sanción de Tráfico por arrojar objetos a la vía, existen otras condenas si intervienen las fuerzas de seguridad del Estado, porque puede haber víctimas. Pero no se trata tanto de que hablemos de un hecho punible como de que todos somos usuarios de la carretera y debemos respetarnos.
-Los motoristas también están en el centro de atención, y ahí la accidentalidad sí es importante.
-El uso de la moto ha aumentado exponencialmente. En 2010 había 44.000 y el año pasado el parque ya era de 54.000. Estas cifras hacen que se ponga especial atención en la prevención de los accidentes, que también han aumentado. El motorista es especialmente vulnerable, y el riesgo de un accidente de tráfico se multiplica por 17. En el 95% de los accidentes mortales con motoristas implicados, él es el fallecido.
-¿Hay un perfil de "motero"?
- En Asturias en su mayor parte hablamos de accidentes con motos de menos 125 centímetros cúbicos o de más de 1.000, y éstas con conductores de sexo masculino en su totalidad y de más de 40 años.
-Cuando se habla de Tráfico se piensa en las sanciones. ¿Se multa mucho en Asturias?
-No, no mucho. El año pasado se interpusieron 58.226 sanciones, la mayoría por exceso de velocidad y generalmente son por poca diferencia, no por ir a 180 o 190 kilómetros por hora. Luego están por consumo de alcohol y drogas. Las primeras van bajando, porque existe más concienciación de que si bebes puedes no sólo tener un accidente, sino provocarlo y causarle daño a otros. Ha ido calando el mensaje "si bebes no conduzcas". Otra cosa son las drogas. Las campañas y los controles son más recientes, no como en el caso del alcohol, y el consumidor todavía no es consciente de cómo le afecta al conducir. Hablamos de hachís, cocaína y heroína.
-¿Es cierto que se puede dar positivo en drogas por tomar medicamentos?
-Tenemos que ser conscientes de que un relajante muscular te puede afectar y no debes de conducir, y no sólo por la sanción, sino por el peligro que supone para uno mismo y para los demás. Es como el cansancio. Todo el mundo sabe que cada dos horas más o menos tiene que parar. Ningún guardia de Tráfico puede medir el cansancio y multarte si no paras, pero tienes que ser consciente de que debes descansar.
-¿Usted es partidaria de subir la velocidad en las autopistas a 130 kilómetros por hora?
-Hay que tener en cuenta las condiciones de la carretera. No es lo mismo una autopista de montaña que una de Castilla. El criterio de la Dirección General de Tráfico son los 120 kilómetros por hora, y se circula en muchos casos a 130. Si se pusiera a 130, los habría que irían entonces a 140... Nuestro objetivo es reducir la siniestralidad, y la velocidad también afecta en ese sentido.
-Hay quien defiende que reducir la velocidad incrementa la posibilidad de que haya caravanas y se contamina más.
-No. Bajar la velocidad no significa que haya más caravanas. El ejemplo más claro lo tenemos en Villaviciosa: se elimina un carril y se baja la velocidad, y se han eliminado prácticamente las caravanas. En ciudad hay carriles para circular a 30 kilómetros por hora, y no hay atascos, aunque es cierto que en zona urbana influyen muchos más elementos. Pero la diferencia entre circular a 30 o a 50 es mínima y no genera atascos. Se trata además de pacificar el tráfico.
-¿Qué significa eso?
-A menor velocidad los accidentes son de menor gravedad, da tiempo a frenar antes... pero la clave está en el respeto de unos hacia otros.
-¿Por eso han intensificado los programas de educación vial?
-Tenemos especial empeño en trabajar con los más pequeños porque todo será más fácil cuando sean conductores, porque tendrán interiorizado respetar las normas y a los demás. Y en Asturias tenemos la enorme suerte de que todas las administraciones, organismos y entidades con los que nos ponemos en contacto se sienten implicadas y colaboran con nosotros en todas las propuestas que planteamos. Como en el proyecto que estamos desarrollando con el Instituto Asturiano de Prevención de Riesgos Laborales para reducir la accidentalidad en los desplazamientos de las empresas. Esa colaboración no se da en todos los sitios y para nosotros es un lujo contar con ella.
- Están inmersos en una huelga de examinadores que amenaza con convertirse en indefinida a partir de septiembre. ¿Cómo afecta a Asturias?
-Aquí se realizan unos 60 exámenes diarios. El verano es una época fuerte porque muchos jóvenes aprovechan estos meses para sacar el carné de conducir antes de volver en septiembre a las aulas. Pero el sector está razonablemente tranquilo y se está asumiendo la situación de manera razonable. La Jefatura está haciendo un esfuerzo para sacar adelante lo máximo posible y se cuenta con la colaboración de todos.
- ¿Es cierto que la Inspección Técnica de Vehículos es muy dura en Asturias?
-Es cierto que hace muy buena labor. El parque automovilístico está muy envejecido. Ha habido años de crisis económica muy dura y en la que había que atender otras necesidades prioritarias que no era comprar un coche. Pero que el vehículo esté en buen estado es garantizar la seguridad de sus ocupantes. En Asturias la ITV funciona especialmente bien.
- Hay quejas por las exigencias en la emisión de gases.
-El objetivo es cero accidentes, cero lesionados y cero contaminación. Asturias tiene contaminación y hay zonas afectadas clarísimamente por ella. Todo aquello en lo que se pueda colaborar para reducirla, es beneficioso para todos.
