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Cantábrico, la mirada más profunda

La exploración marina en cotas subacuáticas nunca antes alcanzadas depara el hallazgo de cientos de especies, unas valiosísimas y otras desconocidas

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Álbum del cañón submarino de Avilés

Las sucesivas campañas de exploración realizadas por el Instituto Español de Oceanografía (IEO) en aguas del cañón submarino de Avilés durante la última década han deparado la identificación de unas 1.500 especies animales, y eso sólo con la inmersión de equipos mecánicos y robóticos hasta una profundidad de mil metros como máximo y sin hacer recuento de la fauna pelágica (salvo cetáceos y aves). Las especies inventariadas pertenecen a quince grupos zoológicos diferentes, con una presencia destacada de crustáceos y poliquetos (gusanos de cuerpo dividido en gran cantidad de segmentos), y a al menos medio centenar de las especies halladas son una incógnita para la ciencia, material de trabajo para los taxónomos por su condición de presuntos descubrimientos.

Este censo de biodiversidad realizado en la gran sima del Cantábrico asturiano no ha pretendido en ningún momento ser exhaustivo, pues sólo constituyó una línea parcial del amplio trabajo que acometen los investigadores en la zona. Es tanta la superficie del cañón de Avilés -se extiende desde la vertical de Luarca a la de Gijón- y tantas las capas de agua aún inexploradas -el cañón llega a una profundidad de 4.750 metros- que los biólogos no dudan en afirmar que sólo han "rascado" la superficie de un auténtico tesoro natural.

Y pese a sólo haber echado un somero vistazo a los vastos valles submarinos que componen el cañón de Avilés y su red asociada -La Gaviera y El Corbiru-, los responsables del IEO dicen estar "entusiasmados" por la explosión de vida descubierta en este espacio natural, para el que el Gobierno de España promueve la declaración de área marina protegida al objeto de preservar los hábitats responsables de la generación de tanta vida.

Entre los principales hallazgos se cuentan el primer arrecife de coral de agua fría de España; la constatación de que en la costa asturiana se encuentra la mayor biodiversidad del Cantábrico de cetáceos, unos animales estrechamente relacionados con el cañón pues hallan en él ingentes cantidades de alimento; la existencia de especímenes de coral antiquísimos; el descubrimiento de una rara esponja carnívora, y la verificación de que los miles de recovecos del cañón actúan como incubadoras de vida al favorecer la reproducción de todo tipo de especies, entre ellas las de gran valor comercial (merluza, rape, besugo y langosta, entre otras).

Indirectamente, o al menos no de forma intencionada, los cientos de inmersiones realizadas en estos años han proporcionado decenas de terabytes de imágenes fijas y de vídeo, algunas de las cuales se reproducen en estas páginas como testimonio de las maravillas ocultas en el fondo del Cantábrico.

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