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TINO FOMBONA | Cantante de orquesta

"Me crié con mi abuelo y mis dos tías solteras y conocí a mi madre a los 10 años"

"A los 18 estudiaba Comercio, cantaba en el coro y en un dúo, trabajaba en la empresa Arrojo y jugaba de extremo derecho en el Condal, recién fundado"

Tino Fombona, en la arboleda de entrada al palacio de Luces (Colunga). ÁNGEL GONZÁLEZ

-Me llamo Florentino García Fombona y nací en Noreña el 3 de febrero -festividad de San Blas, patrono de las gargantas- de 1931.

- ¿Cuáles son sus recuerdos de infancia?

-La villa tendría 3.000 habitantes. La casa de mi abuelo, donde crecí, estaba en el centro, pero algo aislada. Mi ámbito era la casa, la huerta y de ahí al colegio de las monjas y luego la escuela de la Fundación Rionda Alonso.

- ¿Cómo afectó la Guerra Civil en su casa?

-Tuvimos caídas de los dos lados. La familia paterna era de derechas, y la materna, no. Ángeles, mi madre, junto con su hermana, mi abuela y mis dos hermanas marcharon a Francia. Pasé una infancia un poco solitaria. Conocí a mi madre a los 10 años.

- ¿La familia de su madre estaba muy significada?

-No. Mis padres eran muy jóvenes cuando se separaron y la guerra los alejó.

-¿Fue una infancia triste?

-Estaba algo acomplejado cuando oía "¡pobre!, tiene los padres separados". Pero eso se supera.

- ¿Cómo era su abuelo?

-Un viudo de carácter muy fuerte que nos traía firmes. Se llamaba Vicente, tenía ganadería, trabajaba en la fábrica de La Luz, que era de la familia de la mujer de Camilo Alonso Vega (ministro de la Gobernación) y sólo eso te significaba, y fue guardia municipal una época. No tenía miedo a nada.

- ¿Quién estaba con su abuelo en casa?

-Sus hijas solteras, Carolina y Maruja. Eran cariñosas conmigo, pero Carola era severa. Me criaron hasta que me casé. Mi padre, Florentino, estaba en Pola de Siero.

- ¿Qué hacía?

-Era empleado de la empresa transportes Arrojo, que traía a Oviedo desde Noreña y Pola de Siero.

- ¿Cómo se reencontró con su madre?

-Fue muy extraño. Se presentaron en casa mis hermanas, con 8 y 6 años, recién llegadas de Cataluña, donde vivían. Fui con ellas a ver a mi madre.

- A partir de ahí, ¿se trataron?

-Claro. Le caía la baba conmigo después de tantos años sin verme y me trataba con mucho cariño. Mi padre también, pero tenía poco tiempo porque cuando no tenía la línea regular, tenía las excursiones.

- ¿Cómo era ella?

-Una trabajadora nata. Hizo carbón de leña para el gasógenos de los coches, hizo un horno y en él pan de leña y, como todas las mujeres de Noreña, tenía una pequeña actividad chacinera. Yo iba a ayudarla a la leña y a la carne al tiempo que estudiaba.

- ¿Qué estudiaba?

-Comercio en Oviedo. En la Fundación Rionda Alonso un pariente nos convenció a mi padre y a mí de que lo estudiase. Entré en septiembre de 1943, con 12 años.

- ¿Quiénes fueron sus referentes?

-Mi abuelo, mi tía Carola y el grupo de Acción Católica con sus instructores buenos y cuidadosos.

- ¿Era importante en Noreña ese grupo?

-Éramos 20 y funcionaba muy bien y, además de lo religioso, hacíamos teatro infantil. Con 13 años representamos una obra misional, "Tatín", que tenía una parte cantada. Yo era Tatín. A los 15 años me reclutaron para el coro parroquial. Recibí pequeñas clases de canto de Jesús Cuesta, que había estado en el Seminario y dirigía el coro.

- ¿Le gustaba la música desde siempre?

-Mi madre me recordaba que antes de los 4 años ya cantaba.

- ¿Iba y venía todos los días a Oviedo?

-Sí, mi padre al volante y yo en un asiento, con los libros. Tardábamos tres cuartos de hora porque había que parar muchas veces, una en el fielato de Colloto.

- ¿Cómo fue la Escuela de Comercio?

-Un cambio total. Éramos 30 por clase en un edificio vetusto de tres plantas en la calle Caveda de Oviedo. Suaña era la profesora de Francés, elegante, con abrigo de pieles, muy fina y cariñosa. Tuve buenos profesores y compañeros, con alguno sigo en relación.

- Su primer Oviedo.

-El Campo San Francisco, el paseo, la calle Uría y el restaurante Pelayo, donde estaba la parada y donde comía. Los padres de Fernando Martín me calentaban la comida.

- ¿Qué tal alumno fue usted?

-El peritaje muy bien. Haciendo el profesorado me atranqué con el Álgebra Financiera. Ya estaba trabajando en Arrojo, en 1949, llevando la recaudación de los cobradores, los seguros sociales y nóminas.

- ¿Fue su primer trabajo?

-Antes trabajé dos meses en la oficina de La Luz.

- La de la mujer de Alonso Vega, un virrey.

-Don Camilo hizo mucho por Noreña. Ahora le quitaron la calle.

- ¿Era don "Camulo"?

-Se relacionaba con toda la gente, incluida mi abuela la de Francia. Llevaba la escolta escondida y daba la mano fría, protocolaria, pero era respetuoso.

- ¿Acabó el profesorado mercantil?

-No. En 1954 saqué la plaza de secretario administrador y profesor de Contabilidad de la Escuela de Capataces Ganaderos de Luces y me sacó de Oviedo a falta de 4 asignaturas.

- ¿Cómo llevaba cantar?

-Estaba en el coro parroquial y en 1949, con 18 años, fui el tenor lírico de la pequeña compañía de zarzuela de Noreña en "La del manojo de rosas". A los 18 estudiaba, trabajaba, cantaba y jugaba al fútbol en el Condal.

- ¿De qué jugaba?

-De extremo derecho. Fui de los fundadores, empezamos en Tercera regional y subimos a Segunda. En la temporada 1953-54 jugué en el Vetusta y luego volví al Condal y subimos a Primera regional y al año siguiente a Tercera División. También jugué en Tercera en el Siero. Tengo ido a jugar a Pumarín vestido de soldado, cuando hacía la mili.

- ¿Los 18 decidieron mucho su identidad?

-No sé. Sé que empecé a hacer muchas cosas. Me meto en todos los charcos porque nunca supe decir "no".

- Volvamos a la música.

-En 1950, Jesús Cuesta y yo formamos el "Dúo Condal" y participamos en un concurso que hizo Ximielga en el Colloto Park. Cantábamos mexicano, nos presentaban José Ceceda y Menchu del Valle y ganamos en música ligera. En septiembre me enrolé en la orquesta "Monte", de Noreña.

- ¿Le gustaba el ambiente de los bailes?

-Desde arriba, pero no bailaba nada y mi novia, Marité, María Teresa Norniella Corzo, de Colloto, se quejaba. Hoy es mi mujer. Nos conocimos en la Escuela de Comercio. Ella tenía 17 años y yo 20. Fuimos novios tres años y fue muy respetada, que quede claro.

- Hizo la milicia universitaria.

-Dos veranos en Monte La Reina y salí alférez. Me incorporé de sargento 6 meses en el Regimiento Simancas, en Gijón. Compaginaba el trabajo de oficina -daba 240 pulsaciones de mecanografía por minuto- con la orquesta, el trabajo en la granja escuela y el fútbol. Me permitió hacerlo una Vespa que me duró 10 años a la que rectifiqué el motor tres veces.

- Se casó en 1954

-Pasamos tres años en Colunga, en una casa alquilada junto a la playa de La Griega, hasta que me dieron vivienda en la escuela y allí estuve hasta 1972 en que obtuve el traslado al Centro de Formación Profesional de Noreña. Entonces compramos una casina aquí, en un barrio al que los vecinos llaman la república independientes del Aspu, porque no pertenece ni a Luces ni a Lastres.

- ¿Su mujer trabajó?

-No la dejé yo. Le ofrecieron un empleo, pero renunció porque nos íbamos a casar.

- En 1960 pasó a la "Orquesta Langreana".

-Una "big band" donde cantaba napolitanas, "Torna a Sorrento", "O sole mío", canciones de San Remo, boleros, tangos, baladas. "Estrellita" era una canción mexicana de registros agudísimos. En el teatro Capitol de Mieres, por San Juan, la cantamos y, al poco, nos pidieron que la volviéramos a cantar. No nos gustaba repetir, pero, a base de ruegos, accedimos. En el segundo pase, otro par de tíos volvieron a pedirla. El batería, que era el director, les dijo: "Oye, no nos toméis el pelo". Y nos respondió: "Hay unas botellas de champán para vosotros porque tenemos la apuesta de que éste (por mí) no la puede volver a cantar". Era muy dura. Fa Sol La. Bebimos champán.

Segunda entrega mañana, lunes:

"Como mi mujer estaba muy sacrificada, quise dejar la música en 1975; no lo logré"

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