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El buque insignia de la sanidad, en velocidad de crucero

El HUCA late con fuerza

Intervenciones maxilofaciales de 15 horas, otorrinos que acaparan premios nacionales, un laboratorio con 7 millones de análisis al año: así son las áreas que han aupado al Hospital Central en el ranking de prestigio

Laboratorio de Medicina. De izquierda a derecha, Almudena Gutiérrez, Rosa Secades y María Victoria Álvarez. JULIÁN RUS

Lo bueno de llegar temprano al HUCA es que en el parking hay todo el sitio del mundo. Anteayer, viernes, a las ocho y cinco de la mañana, 266 plazas para público y ninguna para los empleados del centro sanitario en el aparcamiento de consultas externas. Llueve, hace frío, estamos en un otoño que tiende a invierno, pero el Hospital Universitario Central de Asturias parece haber estrenado su primavera: o quizá haber entrado en una fase de madurez. Empieza a haber síntomas. Habrá que ver si se confirman.

El recinto de La Cadellada entró en servicio en junio de 2014. Los inicios fueron difíciles, pero en los últimos meses por fin ha comenzado a recibir reconocimientos. Esta misma semana, un ranking nacional de hospitales que otros años había situado al HUCA en torno al puesto 50 de todo el país, lo ha aupado hasta el 19. Días atrás, el gerente recibía en Madrid un premio al hospital público con mejor gestión, también de ámbito nacional. Estas dos distinciones recientes se suman a la concesión, a principios de este año, del premio nacional de informática de la salud que otorga la sociedad española de esta disciplina.

El año 2017 ha traído al HUCA algunas alegrías. Muy necesitado de satisfacciones estaba el hospital después de una etapa demasiado larga afectado por una mezcla de depresión y desánimo colectivos. Con tres años y medio de actividad, ya empieza a ser un hospital adulto, y parece razonable exigirle que vaya alcanzando su velocidad de crucero. Unas 80 intervenciones quirúrgicas y cerca de 2.700 consultas diarias plasman en números el tráfago habitual del complejo sanitario. El cuadro lo completan, en esta época de frío y de epidemia gripal incipiente, cerca de 430 pacientes atendidos cada día en el área de Urgencias.

"Este año está siendo especial; tenemos motivos para estar satisfechos", subraya Luis Hevia, gerente del HUCA y del conjunto del área sanitaria que abarca Oviedo y los concejos limítrofes. El doctor Hevia quiere socializar los éxitos, extenderlos a los más de 5.000 trabajadores del complejo hospitalario. "Estos reconocimientos son fruto del esfuerzo, la implicación y la vocación de servicio de todos los profesionales que integran la organización", agrega el gerente del HUCA.

En los rankings de prestigio nacional, el servicio de Otorrino aparece de forma sistemática como el mejor escaparate del HUCA hacia el exterior. En el Monitor de Reputación Sanitaria (MRS) publicado el pasado miércoles, esta unidad figura en el cuarto puesto de la especialidad a nivel nacional. Son las ocho y cuarto de la mañana y todos sus médicos y residentes están desde hace un buen rato en la sesión clínica con la que empieza la jornada. Madrugan. Es un servicio que trabaja con la misma disciplina que durante varias décadas impuso Carlos Suárez Nieto, jubilado en 2014, y en esa filosofía empezar a las ocho de la mañana resulta inapelable. "No es un ritmo forzado. La implicación de todos es clave. Todo el mundo se siente partícipe del proyecto, los médicos adjuntos y los residentes, y eso se nota, por ejemplo, en que un sábado o un domingo es frecuente que un residente venga a hacer algo o que un adjunto venga a ver a un paciente", señala José Luis Llorente, jefe del servicio y catedrático de Otorrino de la Universidad de Oviedo. En los congresos nacionales de la disciplina, el servicio de Otorrino del HUCA suele ganar varios premios cada año. En 2016 lo ganó todos. "No había pasado nunca y es probable que no vuelva a suceder", destaca el doctor Llorente.

Diez médicos adjuntos y ocho residentes (dos por año) configuran la plantilla de Otorrino. Cada año atienden cerca de 25.000 pacientes en consulta y realizan casi 2.000 intervenciones quirúrgicas, algunas de ellas muy largas, como las cirugías de base de cráneo. De esta última modalidad "operamos a unos 50 pacientes al año de fuera de Asturias, y también somos unidad de referencia en implantes cocleares", señala José Luis Llorente, fiel representante de eso que podría denominarse liderazgo discreto.

También el jefe de Otorrino quiere extender los parabienes a quienes no suelen salir en las fotografías. "Detrás hay mucha gente. Hablo, sobre todo, de las enfermeras de la planta, de quirófano y de consulta, que son muy buenas". Si el nivel clínico del servicio es alto, el ámbito en el que el área de Otorrino destaca por encima de todos a nivel nacional es el de la investigación, que se lleva a cabo en colaboración de los científicos del laboratorio de la especialidad. "Es donde tenemos más fuerza, somo líderes nacionales", precisa Llorente. Su compañero Juan Pablo Rodrigo también es catedrático de la Universidad de Oviedo. El influjo del servicio no se circunscribe a las instalaciones del HUCA. "Asturias en su conjunto tiene un nivel alto de otorrino y eso se debe en buena parte al trabajo de muchos años de Carlos Suárez", destaca José Luis Llorente.

El servicio de Cirugía Maxilofacial del HUCA ha entrado en el cuadro de honor de la medicina española en el reciente ranking del Monitor de Reputación Sanitaria. Se he encaramado en el decimotercer puesto de la disciplina. Juan Carlos de Vicente, jefe de la unidad, hace énfasis en que el traslado al nuevo HUCA "ha sido muy beneficioso", dado que "aquí la distribución de espacios es mucho más coherente". Lo único que echa en falta es una mejor dotación tecnológica.

El área de Maxilofacial está integrada por nueve médicos de plantilla y cinco residentes (uno por año). "Somos un servicio más pequeño que los de los grandes hospitales, que pueden tener 14 ó 15 adjuntos, y dos residentes por año. El nuestro tiene un tamaño razonable, y dentro de la especialidad hacemos de todo, excepto cirugía craneofacial, que sólo se realiza en el Doce de Octubre", asevera el jefe del servicio.

Las grandes señas de identidad del servicio son la docencia y la investigación, sostiene el doctor De Vicente. Del servicio forman parte dos catedráticos de Universidad -el propio Juan Carlos de Vicente y Luis Manuel Junquera- y tres profesores asociados. "Esa proporción no la hay en ningún sitio de España. En Madrid no hay un catedrático ni un profesor titular en ninguno de los servicios", subraya el responsable de la unidad, quien añade: "Tenemos una actividad investigadora importante. Un hospital universitario tiene que ser distinto de un hospital puramente asistencial. En los congresos de la especialidad solemos obtener premios".

El área de Maxilofacial del HUCA opera cada año a unos 450 pacientes con ingreso, y a unos 200 en la modalidad de cirugía mayor ambulatoria (sin ingreso). A esta actividad hay que sumarle 5.500 pacientes en consulta. Las cirugías pueden llegar a ser larguísimas, casi eternas. "Prácticamente todos los martes hacemos un programa estructural: entramos con un paciente, le quitamos un tumor, hacemos una disección cervical si está indicado y luego hacemos una reconstrucción mircroquirúrgica. Solemos acabar entre las diez de la noche y la una de la mañana". Un maratón de 14 ó 15 horas en el quirófano. "Participamos tres cirujanos de forma oficial, pero los cinco residentes intervienen en algún momento. Sin ellos, las operaciones durarían aún más", especifica Juan Carlos de Vicente. Operar un cáncer viene a ocuparles toda la mañana. El resto de las cirugías pueden durar "una media de tres horas".

Fuera del área de consultas externas, y ya en las tripas del HUCA, en lo puede considerarse la sala de máquinas del complejo sanitario de La Cadellada, están emplazadas las salas de análisis del hospital. El Laboratorio de Medicina es una pieza clave que aglutina en un mismo espacio lo que en el viejo recinto sanitario del Cristo estaba desperdigado hasta rozar la locura. Cada año, el laboratorio recibe en torno a un millón de peticiones de pruebas, y de cada una, de cada paciente, se realizan un promedio de siete análisis. Total: siete millones de análisis. "El laboratorio es uno de los servicios básicos y centrales, forma parte de casi todos los procesos asistenciales que se realizan en el hospital", destacan Rosa Secades, facultativa de bioquímica, y María Victoria Álvarez, responsable del área de genética.

El laboratorio se caracteriza por una organización muy poco usual en España, impulsada por su máximo responsable, Francisco Álvarez, y que agrupa seis disciplinas: bioquímica, microbiología, hematología, inmunología, genética y oncología molecular. Seis laboratorios diferentes integrados en una misma área de gestión. Una plantilla configurada por unos 250 profesionales, de los cuales en torno a 60 son facultativos.

Las dificultades iniciales en el HUCA con el sistema informático -el famoso sistema Millennium, del que hoy casi nadie habla- ha dado paso a un panorama mucho más halagüeño. "Con la implantación de las peticiones electrónicas ya no llegan los volantes en papel; eso evita muchos errores", afirman María Victoria Álvarez y Rosa Secades. "El laboratorio dio un vuelco espectacular con el traslado al nuevo HUCA. Ahora estamos juntos física y administrativamente, y los usuarios han percibido los beneficios", aseveran. "Seguro que hemos aportado un granito de arena a esa subida en el ranking", apostillan con orgullo. Recortar plazos constituye un factor de particular relevancia en el caso de los análisis. En el momento actual, una analítica convencional "se resuelve en 24 horas, ó 48 como mucho". Las pruebas denominadas de "respuesta rápida", propias de situaciones contrarreloj -por ejemplo, demandadas por el servicio de Urgencias o por consultas de alta resolución o de pacientes oncológicos- son respondidas en 45 minutos.

Dejamos la sala de máquinas del HUCA y pasamos al área de consultas externas, donde se emplazan los hospitales de día. A uno de ellos, el de oncología, cada día acuden unos 90 pacientes, de los cuales en torno a 70 reciben su tratamiento. Un hospital de día es un escenario en el que luce en todo su esplendor la callada -y a menudo subestimada- labor que la enfermería ejerce en todos los sistemas sanitarios del mundo. Un tratamiento no sólo se compone de fármacos. "Cuidamos al paciente, y por tanto a su entorno, a su familia y al cuidador principal", expone Eva Pérez Pertierra, enfermera responsable del hospital de día. "No es solamente venir a poner un tratamiento quimioterápico, sino un tratamiento integral, que incluye control de los efectos secundarios, el cuidado de la piel y de la alimentación, la comunicación, la gestión de las emociones, las preocupaciones por los hijos, sin los hay...", añade la enfermera. Los tiempos de estancia diaria de los pacientes oncológicos en el hospital de día pueden ser muy variados: desde media hora hasta siete horas. La periodicidad de las visitas también es muy diversa.

El paso por esta unidad induce a reflexionar sobre el papel de la enfermería. En la plantilla del HUCA, la plantilla de enfermeros y auxiliares de enfermería suma la astronómica cifra de 2.800 profesionales. "El rol de la enfermera en el hospital es clave. Su función principal con los enfermos ingresados es cuidar de ellos las 24 horas del día. Es la profesional que está a pie de cama del enfermo, en contacto directo con él y su familia", enfatiza Gloria Herías, directora de Gestión de Cuidados y Enfermería del HUCA. Los enfermeros aplican los tratamientos, realizan las curas, ayudan al médico en la realización de las técnicas necesarias... Pero, además, "tienen un papel humanista muy importante y aplican valores éticos y morales, como la cercanía, reconfortar en los momentos más duros, empatizar con el paciente y su familia para que se sientan comprendidos...". Gloria Herías apostilla que el personal de enfermería del HUCA "es clave para la recuperación de los pacientes".

El tercer año de vida del HUCA ha llegado acompañado de algunos éxitos corporativos que las autoridades sanitarias agradecen. "Hay que poner en valor el hecho de que a escasos tres años del traslado, con todo lo que ello ha supuesto, haya sido posible lograr ser referencia no sólo desde el punto de vista asistencial, sino también desde el organizativo y el de la innovación", argumenta Luis Hevia, gerente del hospital. "Estamos convencidos de que estos reconocimientos constituyen un acicate y un revulsivo para continuar esta línea de trabajo que está recibiendo el reconocimiento de nuestros iguales, lo cual resulta tremendamente incentivador desde el punto de vista profesional", añade.

Los reconocimientos externos son el fruto de una siembra madrugadora que comienza cuando el parking del público está aún prácticamente vacío. El HUCA es una planta que empieza a florecer en pleno otoño. Ahora toca dejar que transcurra un tiempo para ver si estos signos de madurez dan paso a una mayoría de edad o se quedan en síntomas de lo que pudo ser y no fue.

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