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Cueva Huerta, una puerta al centro de la Tierra

La gruta tevergana es la mayor de Asturias, con 20 kilómetros de desarrollo

Sala del punto cero, donde se forman dos ejes: la "galería vieja", a la izquierda, y la galería "San Martín", a la derecha.

Casi 20 kilómetros se hunde Cueva Huerta en las entrañas de la Tierra. Hace unos cuatro años que su estudio topográfico desbancó a la Red de Toneyu, en los Picos de Europa, como la cueva con mayor desarrollo de Asturias. Y la exploración continúa. Las fotografías que ilustran esta página corresponden a los últimos reconocimientos espeleológicos de la gruta tevergana, en cuyo estudio se llevan invertidas 50.000 horas de trabajo conjunto entre 174 personas y 24 clubes espeleológicos de diversos puntos de España, según detalla José Manuel Franco, "Osco", autor de las imágenes. Cueva Huerta, declarada monumento natural en 2002, es uno de los tesoros subterráneos de Asturias.

La condición de espacio protegido hace que la actividad en el interior de la cueva esté muy restringida y sujeta a permiso del Principado. "Tenemos que respetar los períodos de hibernación de las poblaciones de quirópteros", explica Osco. Se refiere a las colonias invernales de murciélago de cueva y murciélago grande de herradura, el principal valor biológico de esta gruta. No obstante, Cueva Huerta es, sobre todo, una maravilla geomorfológica, por sus dimensiones y por su complejidad hidrogeológica. La cavidad está organizada en tres niveles principales: el superior, en estado fósil, constituye la mayor parte del desarrollo practicable y contiene amplias galerías, de hasta 10 metros de ancho y 20 de alto, ramificadas y abiertas a grandes salas; los niveles intermedio e inferior están activos y el segundo de ellos se halla permanentemente inundado, mientras que el intermedio se seca en el verano.

Tomar fotografías en este mundo oscuro y húmedo no es tarea fácil. "Antes utilizábamos sistemáticamente, para iluminar las fotos, el carburo y las velas, después los flashes y, posteriormente, las fotocélulas", explica Osco. "Eso lo hemos cambiado paulatinamente por emisores de radio y hemos añadido a los flashes los leds; en mi caso, no suele faltar algún foco de buceo, para utilizar en el agua como espacio dinámico a fotografiar, que nos dará volumen y color, ya que las aguas de las cuevas tienen un componente muy alto de cal y dan tonos verdes, azules...". El resultado de esa técnica está a la vista en las imágenes, que incluyen las tomas más recientes de esta puerta al centro de la Tierra.

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