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Los mirlos urbanos sufren estrés pero viven más

Un reciente estudio, basado en análisis genéticos, revela que la vida en las ciudades merma la salud del popular nerbatu, aunque aumenta su esperanza de vida

Los mirlos urbanos sufren estrés pero viven más

La vida urbana estresa y desgasta, menoscaba la salud. Sin embargo, alarga la expectativa de vida. Al menos, así parecen ser las cosas para el mirlo común, el popular y abundantísimo nerbatu, según concluye un estudio publicado en la revista "Biology Letters" y elaborado por investigadores de las universidades de Groninga (Países Bajos), Sevilla, Madrid, Ciudad del Cabo (Sudáfrica), Turku (Finlandia) y Dijon (Francia).

Los científicos llegan a esa conclusión a través del estudio de los telómeros, unas estructuras de ADN situadas en el extremo de los cromosomas que tienden a reducirse con la edad y con factores nocivos para la salud, como la contaminación, los parásitos y el estrés. Concretamente, compararon la longitud de los telómeros entre individuos de diferentes poblaciones urbanas y rurales para ver en cuáles se acusaba más el impacto de esos factores adversos sobre la salud. ¿Por qué el mirlo? Es un pájaro muy común y extendido, y que sea un ave facilita las cosas porque "las aves son organismos de vida corta y esto hace que cualquier impacto negativo sea más rápido y más fácil de detectar en ellas", explica Jordi Figuerola, de la Estación Biológica de Doñana (CSIC), uno de los autores del trabajo. "Los telómeros de los individuos capturados en las ciudades son más cortos, lo que sugiere que la salud se ve afectada por el entorno urbano. Aunque el mirlo ha sido capaz de adaptarse a los grandes núcleos de población, en ellos su estado de salud es peor que en las zonas menos afectadas por las actividades humanas", explica. No obstante, esos achaques no merman la longevidad de los mirlos urbanos; al contrario, éstos tienen una mayor esperanza de vida que sus parientes rústicos, según expone Juan Diego Ibáñez Álamo, de la Universidad de Groninga, otro de los autores: "Nuestros resultados (se estimó la edad de los ejemplares estudiados a partir del plumaje) sugieren que las ventajas de vivir en la ciudad, como pueden ser una menor depredación y la mayor abundancia de alimentos, compensan el efecto negativo en la salud de los mirlos", sostiene el investigador.

Por otro lado, la incidencia del modo de vida urbano en la fauna no solo se acusa en la mera condición física de los individuos; en las aves también altera las pautas de canto, e incluso la fuerza y la modulación de la voz (para lograr que se sobreponga al ruido ambiental), los ciclos de actividad diaria (muchos pájaros cantan de noche debido a la iluminación artificial, entre ellos el propio mirlo y el colirrojo tizón) y el éxito reproductor (favorecido por la mayor predictibilidad de la comida y la menor depredación).

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