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"No hay río que tenga un coto tan bueno como La Volta del Eo"

Pepe el Barbas, junto al Eo a su paso por la capital de San Tirso de Abres. TANIA CASCUDO

"Este río está medio abandonado porque tiene la desgracia de pertenecer a dos administraciones", lamenta José Pérez, "Pepe el Barbas", de 64 años, el último "gancheiro" del Eo y uno de los mejores conocedores de este río que comparten Asturias y Galicia. Con todo, el cauce aguanta el tirón y lleva dos años consecutivos dando el campanu de Asturias: "Puede salir otra vez y en el coto La Volta, que es el mejor para el campanu. No hay río que tenga un coto tan bueno como ése". Tiene claro que el salmón es un valor para la zona, especialmente para la hostelería, aunque cree que se podría potenciar más. Apunta a la necesidad de repoblar y limpiar.

El año pasado se capturaron 36 salmones, cifra muy alejada de los años dorados del río, cuando una campaña superaba las trescientas piezas. "A ver si se vuelve a recuperar", desea. Otro problema: la poca afición a la pesca. "Hace años en San Tirso había ocho o diez pescadores, y hoy no queda nadie. A los jóvenes no les interesa, no tienen afición", precisa. Es un dato que llama la atención, ya que los vecinos conviven a diario con el río, que atraviesa el concejo y pasa justo pegado a la capital. Incluso en alguna ocasión intentó, sin éxito, convencer a algún joven conocido para que cogiera su testigo como "gancheiro". Por eso, Pérez es el último representante de un oficio que desaparecerá con él en el Eo. "De esto no puedes vivir, es un complemento, y además es esclavo porque hay que trabajar en fines de semana y madrugar", precisa. Dice que no se retirará "mientras pueda".

El santirseño lleva más de media vida ejerciendo de ganchero. Es su pasión y está deseando que se abra la temporada para lanzarse al río. Ya tiene varias reservas para ejercer como ganchero en la temporada que está a punto de comenzar y proceden de pescadores de diferentes comunidades como el País Vasco o Galicia.

Su labor consiste en ejercer de guía y acompañar al pescador. "Les pones cebos, les enseñas las posturas...", precisa Pérez, que empezó a pescar siendo un niño y aprendió el oficio de uno de los mejores, Eloy Cigarrán, ya fallecido. "Me gustaba mucho la pesca y fui aprendiendo", rememora.

El río, cuenta Pepe, reúne las condiciones perfectas para iniciar la temporada: "Está muy guapo, un poco más fuerte de lo normal para estas fechas, pero mejor así que seco. El color de las aguas es perfecto para pescar. Ya me tarda empezar", añade.

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