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La autoestima del carpintero

Tetrasqueles, rosetas, entrelazos, radiales, caras, relojes son los motivos más repetidos en el "estilo Allande". Estas decoraciones se situaban en las zonas más visibles de las paneras, siendo el lugar preferido para su colocación el frente de la construcción, flanqueando la puerta de acceso. El "estilo Allande" comienza en la segunda mitad del siglo XVIII, cuando empiezan a sustituirse los pequeños hórreos de la zona por las paneras. "Los carpinteros que construían las paneras vieron la necesidad de poner esos motivos decorativos a los que unieron su firma y la fecha de construcción, esas tres cosas fueron una auténtica revolución; en los carpinteros comenzaba un autoestima del trabajo bien hecho", explica Juaco López, historiador y director del Muséu del Pueblu d'Asturies. El "estilo Allande" se desarrolló, sobre todo, en el Suroccidente aunque también llegó a concejos como Salas y Belmonte. Se caracteriza por ser el más austero de los tres estilos existentes y en ello influyó en buena medida la economía de la zona. "Es contemporáneo al 'estilo Carreño', pero es mucho más sobrio; en la zona centro había una economía con más dinero, las ciudades estaban creciendo y el campesinado podía vender sus productos y tendría una economía más saneada que en el Suroccidente", afirma López.

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