El ovetense Pablo Domínguez González es catedrático emérito de Lengua Inglesa en la Universidad de La Laguna (Tenerife). Además es Licenciado en Derecho por la Universidad de Barcelona y se ha dedicado a la enseñanza de idiomas. Ahora publica un diccionario lúdico de compuestos inventados en inglés, el "Concise Pun-ishing Dictionary for English Speakers".

-¿Cómo se le ocurrió hacer este diccionario?

-Desde siempre me ha gustado jugar con las palabras. Además de desempeñar un papel importante en nuestra vida, sirven para entretener, como han demostrado humoristas de la talla de José Luis Coll con su famoso e inigualable "Diccionario", que me sirvió de inspiración.

-¿Qué fuentes empleó?

-Sería muy difícil escribir un diccionario partiendo exclusivamente de las palabras que uno conoce, y mucho más cuando no se es hablante nativo. Es preciso valerse de otros diccionarios para ir examinando palabra por palabra y ver cuáles son susceptibles de modificación. Encontrar aquellas que, cambiando alguna de sus letras, adquieran un nuevo significado y sigan pronunciándose igual. Existen otros diccionarios de juegos de palabras en inglés pero, que yo sepa, ninguno ofrece las mismas características que el mío.

-¿Lo escribió usted entero o le han enviado alguna palabra?

-Yo solo. He disfrutado mucho y sigo disfrutando porque desde que se publicó en Amazon he ido incrementando las entradas para añadirlas en una segunda edición.

-¿Le resultó fácil autoeditarse?

-Publicar en internet es fácil, pero a la hora de comprarlo no todo el mundo está dispuesto a dar sus datos bancarios para adquirir un libro. El lector quiere tenerlo en sus manos para hojearlo antes de comprarlo, y por eso me gustaría que la nueva edición fuera en papel.

-¿Qué papel jugó Ignacio Bosque?

-El profesor Bosque tiene un gran sentido del humor y es un entusiasta de mi diccionario. Que un prestigioso lingüista y académico lo avale, escribiendo una reseña tan elogiosa, es un honor que le agradezco y una garantía de que el libro tiene interés.

-¿Y el prologuista, David Crystal?

-Diría lo mismo. Lo conocí hace muchos años con ocasión de una entrevista que le hice para la "Revista Canaria de Estudios Ingleses", que entonces dirigía. Fue él quien me animó a continuar cuando le envié las primeras entradas, y me dijo que el diccionario interesaría no sólo a ingleses nativos sino también a hablantes de inglés en general.

-¿Cree que un humor como el de Coll puede tener atractivo hoy día para el gran público?

-Para el público que ve televisión basura seguramente no. En este país tenemos muy buenos humoristas, especialistas en humor satírico, absurdo, negro, gráfico...

-¿Concibe su diccionario como una herramienta educativa o como un pasatiempo?

-Muchos autores aconsejan el uso del humor en clase, como una herramienta muy útil que estimula y facilita el aprendizaje. Eso mismo dice Bosque de mi diccionario, que puede servir como entretenimiento.

-¿Qué utilidad puede tener para los que no sean estudiosos del inglés?

-El diccionario está dirigido a hablantes de esa lengua. Si no la conocen o no les interesa, de nada les sirve, salvo que los estimule a iniciarse en el idioma y aprenderlo.

-También se ha dedicado a la enseñanza del Español como Lengua Extranjera (ELE). ¿Ha habido una explosión de esta actividad en los últimos años?

-La enseñanza del español a extranjeros ha experimentado un enorme auge a partir del momento en que los españoles tomamos conciencia de la importancia que tiene nuestra lengua en el mundo. Y quiero subrayar que en este "boom" la Asele (Asociación para la Enseñanza del Español como Lengua Extranjera), de cuya junta directiva me honro en formar parte, ha jugado un papel decisivo.

-Alguna gente se plantea ir al extranjero y enseñar español sin tener formación filológica, ¿es esto adecuado?

-Todo es relativo. Muchos se han ido sin tener esa formación que luego han adquirido fuera. Últimamente, sobre todo entre los jóvenes, se oyen muchas palabras en inglés.

-¿Nos invaden los anglicismos innecesarios?

-Es una pena, pero lamentablemente no se pueden poner puertas al campo. Como decía Álex Grijelmo en una publicación diaria: "Los anglicismos, galicismos y demás extranjerismos no causan alergias, ni hacen que baje el producto interior bruto ni aumentan la contaminación ambiental. No matan a nadie." Y más adelante: "La riqueza de nuestro lenguaje depende de lo que decimos, pero también de lo que dejamos de decir... y por tanto perdemos. El problema no es que lleguen anglicismos, sino que se rodeen de cadáveres". Es decir, las palabras de nuestra lengua que desaparecen.

-Además de hacerse entender, ¿qué más nos aporta saber inglés?

-El inglés es una lengua franca en muchísimas zonas del planeta y el idioma oficial de muchas organizaciones internacionales, como la Unión Europea, la ONU o la OCDE, en la cual es también lengua de trabajo. Aparte de las ventajas profesionales, aprender inglés ayuda a entender a otras personas y a ver el mundo con otros ojos.

-¿Cuál será su próximo libro?

-Estoy pensando en elaborar un manual para profesores de Español como Lengua Extranjera (ELE). Hoy día, en la enseñanza de una lengua extranjera se tienen muy en cuenta las necesidades de los aprendices, por lo que ha surgido un nuevo concepto, las llamadas "lenguas de especialidad". Se diseñan cursos orientados específicamente para diversos colectivos que necesitan usar la lengua en su profesión, lo que no quiere decir que no tengan que utilizarla también en otros contextos. Por lo que se refiere al inglés, no existe, que yo sepa, ningún curso destinado a profesores de ELE, los cuales poseen ya una formación lingüística que les allanaría el camino en el aprendizaje de esa lengua. Esto, a su vez, les facilitará mucho su labor en clases multilingües en las que el inglés es casi siempre la lengua vehicular. Dada mi doble condición de especialista en la enseñanza del inglés, tanto en nivel secundario como universitario, y de autor de materiales didácticos de ELE, me apetece hacerlo.