Con una estructura hoy habitual en el terror adolescente, "La horca" abre en una representación teatral de un instituto de Nebraska donde uno de los protagonistas fallece ahorcado por un accidente. Esto desencadena que, veinte años más tarde, este espíritu comience a aparecer por el mismo lugar con ganas de venganza. "La horca", con su reparto de actores jóvenes, su estructura de falso documental (de terror) o su bajo presupuesto, indica que ya se asume que el público es capaz de comprender una narrativa tan compleja. Esta sería su principal baza, que le ha ayudado a recaudar casi treinta y dos millones de dólares hasta la fecha con un presupuesto de poco más de cien mil. En cambio, poco se puede decir del resto, salvo a los ultras del género. Deslavazada y poco afortunada, no dispone de ese encanto ni de ese saber hacer de los cineastas encargados de "El proyecto de la bruja de Blair" o de la española "REC". Se queda "La horca" en un par de sustos y, cómo no, en una sorpresa final que, a base de sorpresas semejantes en filmes semejantes, ni es sorpresa ni es nada.