El videojuego "Far Cry 4", además de ser uno de los más entretenidos e ingeniosos de los últimos tiempos, proporciona momentazos de lucidez aguda como no se ven en el 90 por ciento del cine que nos llega de Hollywood. Uno de ellos es escalofriante: el protagonista se hace pasar por un prisionero de los malvados y observa en primera persona cómo uno de los jefes más sanguinarios habla por el teléfono móvil con su pequeña hija al tiempo que desvalija el cuerpo de una de sus víctimas quitándole todo lo que tiene de valor. El tono dulce del monstruo contrasta con sus hechos brutales. Mientras le pregunta a su hija si se ha lavado los dientes y le dice lo mucho que la quiere, le quita al cuerpo de su enemigo el anillo o rebusca en un cajón de objetos robados un collar para regalárselo a su pequeña. Cuando cuelga, vuelve la bestia humana, capaz de sentir amor por sus seres queridos, a los que abrazará cuando se lave la sangre inocente de sus manos.
