Mirador de sombras

Shakespeare y el cannabis

El desconocimiento de la biografía del bardo inglés lleva a la utilización partidista de su vida y su obra

Científicos sudafricanos han descubierto que Shakespeare fumaba cannabis. A las puertas del cuarto centenario de la muerte del dramaturgo, es de esperar que se digan sobre él muchas extravagancias y se emitan opiniones pintorescas, sin que falte la inevitable de que Shakespeare no escribió las obras de Shakespeare, tan reincidente como las apariciones del lago Ness. No hay otoño que deje de surgir la cabecita de "Nessie" de las aguas del lago escocés para echar un vistazo, como no hay temporada en que algún investigador desocupado no descubra que un aristócrata, un científico, un miembro de la familia real inglesa y hasta un muerto son los autores de las obras de Shakespeare, el cual nunca pasó de ser un caballerizo. Aunque la literatura inglesa abunda en poetas iletrados. Caedmon, el primer poeta inglés, era analfabeto, pero una noche soñó un poema, de la misma manera que siglos más tarde, Coleridge, que no era iletrado, soñó "Kublai Kan". En cuanto a la familia real inglesa, lo mismo sirve para un roto que para un descosido: uno de sus miembros pudo haber sido Shakespeare, otro Jack el Destripador, y la reina Victoria la autora de "Alicia en el país de las Maravillas".

En cuanto a Shakespeare propiamente dicho, como se ignoran muchos aspectos de su biografía, se le considera periódicamente, y según intereses particulares o de grupo, como católico, protestante, ateo, machista, homosexual, defensor de la Corona y enconado enemigo de ella. A nadie se le ocurre pensar que la obra de Shakespeare es el mundo, y que en el mundo hay católicos, machistas, protestantes, ateos, monárquicos y antimonárquicos, y otras especies que no menciono por no hacer interminable la galería. Si escribió "La doma de la bravía" es porque era un buen tema de comedia; si "Julio César", no porque fuera cesarista o anticesarista. Cuando actúa Antonio lo hace como partidario de César, pero Bruto consideraba necesaria su eliminación para la restauración de la República. Mostrar inclinación hacia uno u otro sería propio de un panfleto, no de una tragedia.

Debido al descubrimiento de veinticinco pipas en su jardín, algunas de las cuales contenían restos de coca y de cannabis y sólo una de tabaco, permiten afirmar a unos científicos sin otra cosa mejor que hacer que Shakespeare conocía los efectos nocivos de la nicotina, por lo que le daba a la droga como si fuera un "moderno". Era "drogueta" como un "hippie" y antitabaquista como una ministra de Zapatero. Sin embargo, no se tiene en cuenta que en el siglo XVII lo más que le podía suceder a un fumador era que algún alocado le echara un jarro de agua por encima, pensando que ardía por dentro. Y una cuestión más importante aún. Aunque hayan aparecido en su jardín y hayan sido analizadas "científicamente", ¿qué seguridad tenemos de que esas pipas las haya fumado Shakespeare? Pudo haberlas fumado un vecino o alguien que pasaba por allí. Cuando yo vivía en Llanes, mi jardín aparecía por el verano lleno de jeringuillas y yo no las usé.

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