Maxi Rodríguez

Sumiller

Maxi Rodríguez

Trayectoria impecable

Baltasar Gracián es elaborado por una cooperativa, las cuales no gozan de buena prensa en materia de calidad, ya que los aficionados y profesionales del mundo del vino no suelen tener muy buenas referencias de los producidos por estas instituciones, debido fundamentalmente a que tienen las manos un tanto atadas a la hora de hacer la selección de la materia prima de sus socios cooperativistas. Sin embargo, cuentan con la perfecta dirección de Yolanda, una mujer que, aparte de su encanto físico y personal, sabe controlar con mano de hierro y con las ideas muy claras el paso firme de la Cooperativa San Alejandro.

En San Alejandro han sabido dar el salto desde la venta de graneles a la elaboración de grandes vinos embotellados en la propiedad. Fue fundada en 1962 y llegó a contar con más de 800 socios, de los que hoy se mantienen unos 300 que controlan más de 1.100 hectáreas de viñedo. La primera seña de identidad es la apuesta por las variedades autóctonas con el poder de la garnacha aragonesa al frente. El 60% del viñedo es de la variedad garnacha, el 20% es de tempranillo, el 10% macabeo y el 10% restante se reparte entre las variedades de syrah, merlot y cabernet. Su apuesta de futuro en cuanto a variedades es hacerse especialistas en la variedad autóctona por excelencia, la garnacha, de la que poseen un viñedo de entre 30 y 90 años. El estilo de la bodega es el de cuidar al máximo la selección de la uva para poder transmitir la tipicidad del terruño del que proceden, tratando siempre de que prevalezca la fruta sobre la madera. El mejor exponente de los muchos elaborados en la cooperativa es éste Baltasar Gracián que siempre me ha encandilado, perfecto para cualquier ocasión y que da la talla tanto en la barra como en la mesa. Elegante, equilibrado, complejo y que por poco más de ocho euros representa una de las mejores opciones del mercado sin tener que rascarse el bolsillo.

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