Emociones líricas

Gala lírica a beneficio de "Kiva mirando a India", con numerosa presencia de público, y con cuatro cantantes de lujo sobre el escenario que dieron lo mejor de sí mismos en un repertorio exigente, sin la más mínima concesión en este aspecto y, aparentemente, sin compositores -en el programa se olvidaron de incluirlos-. Tras la obertura de "La traviata", sutilmente expuesta principalmente por la cuerda, la primera en salir a escena y poner el listón muy alto fue la soprano inglesa de nacimiento y australiana de adopción Jessica Prat, con "Sempre libera" de "La traviata", de Verdi. Su canto inundó la sala de una acústica pensada para lo sinfónico más que para lo lírico, entrega vocal absoluta, con fortes plenos, sobrados para la gran sala, y pianos y pianísimos delicados, en una línea de canto cuidadísima, también estilísticamente.

El segundo obús cantante lo soltó Juan Jesús Rodríguez en un rol como "Giorgio Germont", en el que su voz y espléndido momento vocal se adaptan a la perfección, cantando "Di Provenza" -"Di Provenza, il mar il suol", más concretamente-. Después él mismo con Beatriz Díaz -que advirtió previamente de un pequeño proceso catarral que apenas se notó- interpretaron magníficamente el duetto "Madamigella Valery?" -con interrogación-. Tras esto, siguiendo con Verdi pero ya en "Otello", Alejandro Roy en solitario ofreció su impactante monólogo "Dio mi potevi" -"Dio! Mi potevi scagliar..."- sacando voz y agudos con la fuerza de un grande; con lo que se cerraría la primera parte muy arriba. La segunda comenzó con la obertura de "La forza del destino", antes de volver a salir a escena Jessica Prat a cantar el aria de "Lucia de Lammermoor" "Regnava -con v no con b- nel silenzio" de Donizetti, de nuevo conquistando a la audiencia y, a dúo muy compenetrado con Juan Jesús Rodríguez en "Apressati Lucia", de la misma ópera. Alejandro Roy volvió para echar los restos, en el mejor sentido del término, en "Colpito qui m'avete" de "Andrea Chenier" de Giordano. Beatriz Díaz simplemente espléndida, singularmente en musicalidad, con una musicalidad singular si se quiere, en "Ecco: respiro appena..." de "Adriana Lecouvreu" de Cilea.

Se completó el programa de la gala con tres fragmentos de zarzuela, el celebérrimo intermedio de "La boda de Luis Alonso" de Giménez, la romanza de barítono "Luché la fe por el triunfo" de "Luisa Fernanda" de Moreno Torroba, en la que Rodríguez de nuevo marcó su impronta, espléndida impronta en su "Vidal" y, finalmente, los dos asturianos Beatriz Díaz y Alejandro Roy cantando en andaluz "El gato montés" de Penella en el dúo "Soleá. Me llamabas Rafaelillo-Torero quiero ser". Entrega absoluta también del público y, como no podía ser de otra manera, propina al canto con el dúo de "La del manojo de rosas" "Hace tiempo que vengo al taller", de Torroba con Juan Jesús y Beatriz en pleno entendimiento. Y como segunda y final, Prat con "O luce di quest'anima" de "Linda di Chamounix" de Donizetti, toda una lección belcantista. El maestro Picos mostró su mejor cara como concertador en el transcurso de este "tour de force" lírico, sin embargo estuvo muy lejos de sacar lo mejor del conjunto sinfónico que tenía enfrente.

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