Noche oscura

Obras de autores de primer orden en el concierto de la Música del Siglo de Oro

Gran mérito tiene haber llegado, para continuar, a la XI edición del Ciclo de música sacra "Maestro de la Roza", último maestro de capilla de la catedral ovetense, que organiza en su memoria la Escolanía de San Salvador, un clásico del otoño musical ovetense, un ciclo modesto en presupuesto pero consolidado, cuando hay intención y firmeza se logra, hay potentes instituciones académicas que en vez de impulsar la herencia musical heredada la arrinconan. Con tres sacabuches -antepasados directos del trombón de varas- y una "percusión histórica" muy liviana, prácticamente casi desapercibida, presentó el grupo "Oniria sacabuches" un repertorio titulado "La música estremada", "Música y mística en el Siglo de Oro español", selección de obras de autores de primer orden como Victoria, Morales, Vivanco, Vázquez, Cabezón, Salinas, Pisador o del Cancionero de Úpsala, todas a tres voces, intercaladas con textos recitados -sin especial énfasis, tampoco en la claridad de la dicción-, un programa para el acercamiento a la vida espiritual, de la experiencia de lo divino, y de lo humano. La suave tímbrica y extraordinario empaste de color uniforme de los tres sacabuches, se hizo amablemente patente desde la primera obra "Si la noche haze oscura" del Cancionero de Úpsala, a la última "Media noche era por filo" de Salinas, entre tanto la noche oscura, la mirada contemplativa, las canciones o cánticos espirituales y la divina armonía, los cuatro bloques propuestos en los que lo religioso y lo amatorio se cruzó o se fundió, como en el sentir de algunos textos del Cantar de los Cantares. La proposición resulta atractiva, aunque la uniformidad interpretativa, sin especial riqueza dinámica, causó cierta monotonía, también por la ausencia expresiva del texto cantado -aunque presente en una pantalla tras los intérpretes-, la ausencia de la modulación vocal, de la relación de la palabra y la melodía, de la consonancia y la disonancia y la tensión y su resolución a ella ligadas. La idea del hombre ante la noche, en hechura monocorde, en la penumbra de una iglesia apenas iluminada.

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