Ensalada real

Durante la segunda mitad del siglo XX se generalizó un nuevo concepto de cultura que transformaría para siempre el panorama musical internacional. La denominada cultura de masas generó sus propios iconos y referentes y las músicas populares urbanas asumieron el protagonismo de los nuevos modelos de consumismo musical que emergía en el horizonte. Allá por 1968, un grupo de voces del King's College de Cambridge comenzaría su particular carrera por la conquista de ese nuevo panorama. Aquellos seis coralistas ofrecían viejas recetas ante los nuevos retos propuestos. La polifonía medieval y del Renacimiento, los motetes y madrigales encontraban su espacio junto a obras de nuevos compositores como L. Berio o G. Ligeti y llenaban las estanterías de las tiendas especializadas junto a "The Beatles" y "The Rolling Stones". Surgía así un icono de la interpretación vocal a cappella: The King's Singers.

El pasado miércoles, el Auditorio Príncipe Felipe vibró ante el buen hacer de los actuales componentes de la agrupación británica, los contratenores D. Hurley y T. Wayne-Wright, el tenor J. Gregory, los barítonos Christopher Brueton y Ch. Gabbitas y el bajo J. Howard. Su perfecta afinación, un referente para las mejores agrupaciones corales y fruto de un trabajo individualizado al servicio del grupo, junto a un dominio del fraseo casi etéreo dotan a sus interpretaciones de un sello totalmente personal que no deja indiferente a quien les haya escuchado.

Fieles a su compromiso con la historia musical y los nuevos lenguajes, el concierto respondió a la idea de eclecticismo que ha caracterizado su carrera. La polifonía renacentista estuvo representada por "Resonet in laudibus" de O. di Lasso, "All creatures now are merry mindel" de J. Benet, "Though Amarillis dance in Green" de W. Byrd, "Now is the month of maying" de Th. Morley, "Oyd, oyd, una cosa" y "Virgen Sancta" de F. Guerrero y "La bomba" de M. Flecha. Esta última todo un referente dentro del programa habitual de The King's Singers, con los contrastes propios de las "ensaladas" (género que a través de la sátira combina los estilos profano y religioso de la época) y sus matices melodramáticos.

A través de "Calme des nuits", "Romance du soir" y "Saltarelle" de C. Saint-Saëns se dio paso a obras de nueva creación, todo un clásico en The King's Singers. "Masterpiece" de P. Drayton, compuesta en 2005, muestra como pocas las capacidades vocales de la agrupación al repasar, en unos nueve minutos, todos los estilos de la música vocal de los últimos cuatrocientos años a través de su compositores más significativos. Los arreglos sobre villancicos tradicionales arrastraron al público a un sonado aplauso que solo se interrumpió con cada propina regalada.

Pocos agrupaciones vocales han sido capaces de renovarse y mantener su legado con más rigor y flexibilidad que The King's Singers, manteniéndose en la cumbre de la calidad y el éxito durante más de cuatro décadas.

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