Los microscopios de sonda de barrido nos permiten visualizar el invisible mundo atómico y molecular. Guardan ciertas similitudes con el método Braille de lectura de los ciegos, un método de lectura táctil basado en la sustitución de las letras por puntos en relieve, igualmente invisibles a sus ojos pero sensibles a las yemas de los dedos.
El elemento clave de estos microscopios es una punta extremadamente fina. Al barrer una superficie, esa punta se comporta como una sonda o sensor, capaz de "palpar" los átomos e informarnos de su distribución. Son los "ojos" del nanocosmos, que nos permiten "ver" átomos individuales en diferentes entornos e incluso "filmar" su movimiento, tras los recientes avances en la técnica liderados por investigadores del MIT.
