Tras unos años de formación junto a Daniel Vázquez Díaz, Álvaro Delgado formó parte de dos de las agrupaciones de artistas que trataron con mayor o menor éxito de revitalizar el arte español una vez finalizada la Guerra Civil: la llamada segunda Escuela de Vallecas y la denominada Escuela de Madrid. Dentro de esta última, el propio Delgado identificó como miembros de su generación a artistas como Agustín Redondela, Menchu Gal, Carlos Pascual de Lara, Francisco San José y Luis García Ochoa, los cuales asumieron como referencias en su intento de realizar un arte lo menos conformista posible a otros creadores de una generación anterior como fueron el propio Vázquez Díaz, Benjamín Palencia, Pancho Cossío y José Gutiérrez Solana. De esos años cuarenta y cincuenta del pasado siglo datan algunos de los mejores paisajes, bodegones y retratos salidos de la mano de este creador, imbuidos de una gran solidez y expresividad los primeros y segundos, así como de una melancolía e intemporalidad los terceros, los cuales recuerdan ciertos aspectos, siempre interesantes, de la estética del Novecento italiano. Por otro lado, de aquellos años de mediados de la década de los cincuenta también datan sus primeros y muy fructíferos, en el plano artístico, contactos con Asturias, y en concreto con el occidente de nuestra región, al que se sentiría tan vinculado el resto de su vida. Y también el comienzo de una evolución en su pintura, en la que todo se precipitaría, con el discurrir de los años, y fiel a sus géneros preferidos, hacia la exaltación del signo y del trazo, así como hacia el empleo de una paleta mucho menos contenida y más abierta que la utilizada hasta la década de los sesenta. El Museo de Bellas Artes de Asturias cuenta en la actualidad entre sus fondos con 16 pinturas, dos dibujos y un grabado de este artista, la mayor parte de ellos orientados hacia el género del retrato.
Director del Museo de | Bellas Artes de Asturias
