Como regalo anticipado y preámbulo a la mágica Noche de Reyes, un nutrido público de niños y niñas de todas las edades, acompañados por sus familias, han podido disfrutar del primer concierto didáctico del año a cargo de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias. Al frente de la orquesta, la joven batuta de Diego García llenó de fantasía e ilusión una mañana musical en la que, junto a la habitual madurez y disciplina profesional de los profesores de la sinfónica asturiana, destacó el relajado ambiente de complicidad y orientación didáctica conseguida con el joven público.
Abrió el programa la "Obertura de Hansel y Gretel" del alemán E. Humperdinck, con su exuberante lenguaje wagneriano al servicio del homónimo cuento popular, en la que, tras la ambientación realizada por Diego García, la OSPA fue desgranando la riqueza motívica de la obra. Todo ello acompañado de un contrapunto de exclamaciones de asombro, aplausos y algún que otro llanto, fruto de la sorpresa por parte del público infantil, que lejos de desconcentrar a los músicos consiguió que durante el concierto se acentuase la expresividad de las obras, buscando un lenguaje interpretativo fácil de captar por el joven auditorio.
D. Martínez no dudó en describir, micrófono en mano, los pormenores narrativos de cada pieza, para facilitar la comprensión de discurso musical programático y presentar la riqueza tímbrica de los instrumentos que fueron asumiendo el rol de protagonistas. En este sentido los "tempi" elegidos para las "Danzas características" del "Cascanueces: suite nº1" de P. I. Chaikovski, resultaron inusualmente tranquilos, consiguiendo, sin embargo, enfatizar la riqueza descriptiva y evocadora de cada danza.
Con la "Obertura de Guillermo Tell" de G. Rossini, el carácter cambió de registro hacia una interpretación más enérgica y épica, bien definidas las secciones y las dinámicas. En el trabajo de dirección de Diego Martínez, de gesto sencillo pero preciso, parece haber una preocupación por definir claramente el desarrollo motívico. Sin descuidar el contraste dinámico, es el instrumento, como generador de timbres y por tanto de contrastes, quien ocupa más su atención. Así, la paleta instrumental que proyecta "El Carnaval de los animales" de C. Saint-Saëns facilitó el desarrollo de esta idea y subrayó, a la vez, la calidad que, como solistas, tienen los profesores de la orquesta. Centró la atención de los niños, invitados por el director gallego a subir al escenario y sentarse entre los músicos, el chelo de J. C. Cárdenas en la delicada y etérea descripción de "El cisne", la enérgica parodia de los "Pianistas" con Sergey Bezrodny y Patxi Aizpiri entregados en su papel y apasionantes en sus intervenciones, la volátil flauta de P. Pearse en el "Aviario" o las placas de la percusión de F. Revert. En conjunto, el concierto resultó novedoso y lleno de vida, con un público entregado que vino a enriquecer la media de edad cualitativamente, rompiendo con otras experiencias y marcando una línea de trabajo que reflexiona sobre el futuro de los conciertos sinfónicos.
