Uchida henchida

Si a la calidad nos atenemos este ha sido verdaderamente el primer gran concierto de esta edición de las Jornadas de Piano. Un monográfico Mozart que apuesta sobre seguro, el binomio Uchida/Mahler Chamber Orchestra y Mozart con el mismo programa prácticamente, menos el Divertimento en Si bemol Mayor "Sinfonía Salzburgo", ya se hizo en España con gran éxito en el año 2013 (estuvieron los intérpretes en Alicante, Barcelona, Bilbao y Madrid). La pianista Mitsuko Uchida (1948) realizó una exquisita interpretación de los conciertos para piano Nº 17 en Sol Mayor K.453 y Nº 25 en Do Mayor K.503 "Emperador", envuelta en una atmósfera tan poética como impoluta técnica y mecánicamente, con un fraseo de limpieza extraordinaria, de resplandeciente transparencia aun en la utilización de un pedal que nunca sirvió para desdibujar el sonido y sí para dotarlo de una aterciopelada sonoridad. De vaporosa vitalidad -a juego con su vestimenta, casi también como una declaración de intenciones de su estética sonora-, fue la trascripción de Uchida la de elementos musicales en apariencia relajados, con un sonido depurado en lo pianístico y en lo orquestal, pero al mismo tiempo siempre tonificado, fortalecido, lo que dio lugar a una sonoridad cuidadísima en lo externo y una expresión interna muy sensorial. Flexibilidad y agilidad, y también fuerza expresiva que no oculta un refinamiento musical muy personal, ni una herencia romántica que mira desde el siglo XXI con honestidad al siglo XVIII. El primer concierto de piano interpretado -un pequeño lapsus en las notas atribuye al legado de conciertos mozartianos el número de 23 cuando en realidad son 27-, tuvo la agilidad y la frescura en su impronta, con un movimiento central Andante fuertemente introspectivo, de feliz goce sensitivo.

El concertante "Divertimento" a cargo de la cuerda -sin la presencia de Uchida en la dirección, que "aprovechó" mientras tanto para "hacer dedos" en otro piano del Auditorio-, no tuvo la fuerza esperada, resultó muy pulcro pero serio en exceso. A este tipo de obras Spivakov con Los Virtuosos de Moscú originales les sacaba un partido increíble en su, si se quiere, ampulosa pero absolutamente impecable interpretación e impactante riqueza dinámica, a la que sumaba enteros el extraordinario sonido violinístico de Futer como concertino de la formación. La segunda parte fue enteramente para el mozartiano concierto "Emperador" con toda su asombrosa profundidad compositiva y sus misteriosas concavidades. El, en algunos momentos, hinchado gesto directorial fue más para el carácter que para la voluptuosidad del sonido. La orquesta fue en su atractivo protagonismo, fiel servidora de la delicadeza transparencia solística. Siendo especialmente destacable el inigualable control de los planos sonoros, hasta con cada una de las notas del piano, siempre presentes incluso en los diseños más camerísticos del concierto, algo muy remarcable en el tercer movimiento Allegretto final. La orquesta MCO -formación cambiante, con varias sedes permanentes que se mantiene exclusivamente con aportaciones privadas-, tiene un extraordinario nivel, tanto individual como conjuntamente, deliciosa resultó siempre la aportación del viento madera y del metal, e intervenciones solistas siempre de gran altura. Uchida interpretó como propina el segundo movimiento Andante de la Sonata Nº 16 en Do Mayor K. 545; de nuevo delicada y henchida Uchida.

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