Lecciones para ser un campeón del ring

Un maduro y creíble Stallone vuelve a ser Rocky en una película apreciable y emotiva pero imperfecta

El subtítulo de "La leyenda de Rocky" es un engaño como otro cualquiera porque la película no va de él. No es una secuela más de una saga de la que solo la primera entrega merece el recuerdo. Creed propone una sencilla y a ratos simplona variante a partir de uno de los personajes secundarios pero de gran calado, aquel Apollo con el que Rocky mantuvo un combate extenuante y salvaje. El protagonismo recae sobre el hijo del campeón muerto al que acepta entrenar un Rocky retirado de todo y que se enfrenta a la pelea más importante de su vida, esta vez no sobre el ring sino en los hospitales (no revelo nada que no venga en la sinopsis). Alejado pues de las exhibiciones de músculos y resistencia a los sones de la famosa banda sonora de Bill Conti (aquí suenan unos compases a modo de homenaje/guiño y punto), Stallone saca provecho de las ventajas de la edad y el sosiego para componer un personaje con el que demostrar que no es tan mal actor como se ha empeñado en hacernos creer durante décadas de rambonadas y sucedáneos. A su lado, Michael B. Jordan no desentona y entre ambos logran momentos de real emotividad, ya sea para soltarse reproches como para darse lecciones mutuamente de boxeo o del simple acto de vivir. Sin embargo, y pese a resultar un avance evidente y elogiable respecto a los títulos anteriores, a Creed le sobran algunas cosas que lastran el trabajo de un director que da muestras de vigor narrativo en los mejores momentos. Por ejemplo, una historia de amor harto previsible y no demasiado elaborada (aunque tenga un buen momento con un audífono usado como barrera emocional), alguna escena de entrenamiento con motos rodada con un efectismo improcedente y, a pesar de su evidente brillantez sanguinaria, un combate final clavado al del primer "Rocky" y que abandona el tono naturalista previo para exhibir un alarde visual tan espectacular e impactante como contradictorio con el resto.

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