Carmen Pérez Novo

Aprender a disfrutar del envejecimiento

La necesidad de prevenir el deterioro físico y psíquico con una vida saludable y poco sedentaria

La mayoría de las personas que habitamos este planeta Tierra, deseamos vivir muchos años. Pero, claro está, con un buen estado de salud. Y, a ser posible, eternamente jóvenes. Pero, señoras y señores, me produce mucha pena escribir las siguientes palabras, "esto es imposible". Porque, para qué vamos a engañarnos, es cierto que a medida que pasan los años, se experimenta un cierto debilitamiento de la vitalidad y curiosidad. Tanto es así que, el envejecimiento, aunque es un proceso fisiológico, va acompañado de incapacidades y decaimientos. De hecho, la hipótesis actual lo concibe como un deterioro paulatino, por acumulación de daños moleculares en células y tejidos, que favorece las enfermedades y la muerte. Por eso, prevenir el deterioro físico y psíquico que conlleva el paso del tiempo, evitar la decrepitud a la que puede conducirnos la prolongación de la edad, y dar calidad a nuestra vida, son sin duda los objetivos fundamentales de la mayoría de los hombres y mujeres de este planeta. ¿Y qué podemos hacer? Pues, según los expertos, si queremos tener una estancia más o menos agradable, debemos consumir alcohol de forma moderada, dejar el tabaco, hacer ejercicio físico, mantener un peso adecuado, relativizar los sinsabores de la vida no dejando de sonreír y tomándose las cosas sin demasiada seriedad... ¿Que les parece imposible? Pues, en líneas generales, es lo que hay. O aceptamos esta etapa de la vida como es, o nos complicamos la vida llevando a cabo, en ocasiones, reacciones contra natura. De hecho, algunas personas, en un intento desesperado para aliviar la angustia que les produce ese decaimiento, eliminan las arrugas del cuerpo y la grasa sobrante, con un sinfín de intervenciones de cirugía estética; otras se lían la manta a la cabeza con una pareja mucho más joven; y una gran mayoría ceden a la tentación del ensimismamiento y la costumbre.

O sea que, resumiendo, señoras y señores, la vida es, más o menos, como una partida de naipes. Podemos empezar con mejores o peores cartas, pero luego todo depende, indudablemente, del azar, pero también de cómo las administremos. Y, por la cuenta que nos tiene, si queremos, disfrutar de esta vida que nos ha tocado, o hemos elegido en este planeta Tierra, no nos queda otro remedio que mantener una alimentación saludable, evitar el sedentarismo y, algo muy importante, relativizar los contratiempos. Y todo esto, indudablemente, tan sólo depende de cada uno de nosotros.

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