Crítica / Música

Norteamérica orquestada

Magnífica orquesta y muy buenas cadencias del pianista, que también dirigió

Concierto dedicado a dos de los más destacado músicos norteamericanos del siglo XX, con un programa desenfadado y muy popular en su repertorio, que incluyó, entre otras archiconocidas obras, la "Rhapsody in blue" de Gershwin y "West Side Story" ("Danzas sinfónicas") de Bernstein, con una magnífica Orquesta Sinfónica de la Radio de Colonia WDR como garante, perfectamente impregnada del espíritu jazzístico norteamericano, compenetrada y brillante, también en cada uno de los solos. Ha actuado al frente de la orquesta alemana el británico Wayne Marshall, que además de ser titular de la orquesta desde la temporada 2014-2015, ha creado la primera orquesta sinfónica formada por músicos negros, "Chineke!". El resultado del concierto ha sido el esperado para los amantes del género, un tipo de concierto con un repertorio que se muestra desinhibido, y que funciona de paso como contrapunto a la programación clásica más "seria". Marshall, que prácticamente se decanta por este tipo de repertorio -ofreció además la obertura "Of thee I sing" y "Gershwin in Hollywood" y la obertura y la suite "Candide" de Bernstein-, ha sido un director preciso desde el podio, imprimiendo vitalidad, estilísticamente impecable, al frente de una música que se deja oír y disfrutar con agrado.

¿Incluir este concierto en las Jornadas de Piano? ¿Despachar con la "Rhapsody in blue"? a la que, por otra parte, Wayne Marshall al piano imprimió el necesario carácter, firmando magníficas cadencias. Se solventa una jornada de las Jornadas de Piano así -esta temporada sostenida de momento prácticamente por Uchida-, y con un intérprete como pianista solista sin una trayectoria real como tal. Este mismo concierto encajaría perfectamente dentro de la programación más general de los Conciertos del Auditorio, y mejor aun si se ofreciera como un concierto para atraer a más público y a un público nuevo. Es más, en la línea que parecería lógica dentro de los posibles parámetros al respecto del tripartito que gobierna la ciudad, un concierto de estas características -y yo creo que otros muchos- se debería de hacer con la sala grande, ampliada, con precios más económicos y populares en la sala polivalente. Como gran sala, la del Auditorio de Oviedo -incluyendo la polivalente- está infrautilizada, primero porque abierta -así se ha ideado- es magnífica como sala sinfónica y de concierto, y en segundo lugar porque se inutilizan, se retraen, unas 400 butacas incluso para conciertos en los que se agotan con antelación las entradas. ¿No estarían mejor esas butacas a disposición de unos ciudadanos que también han pagado con sus impuestos este equipamiento y la mayor parte del coste de su programación?

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