Maxi Rodríguez

Sumiller

Maxi Rodríguez

Banquillo de lujo

Otro gallego más que se sube al carro de la calidad. Si habláramos en términos futbolísticos y yo fuera el entrenador, mi quebradero de cabeza principal sería poder conformar un equipo semana a semana, sin cometer la injusticia de dejar en el banquillo a un buen jugador. En Galicia, cada día me cuesta más trabajo destacar un vino, pues hay muchísimos que merecen estar en el equipo titular. Acabo de descubrir una modesta bodega orensana, en el pueblo de Souto, comarca de Castrelo de Miño, en el principal meollo del ribeiro. Elaboran tres vinos, un tinto y dos blancos. Me han gustado los dos básicos, el tinto y el blanco. Destaco el de color rojo por tener una tipicidad más latente.

Las uvas que utilizan para elaborar los vinos proceden en su totalidad de cepas heredadas por los antepasados de los propietarios. Viñas plantadas en fuertes laderas donde el arte de la viticultura a veces pasa a ser un ejercicio dramático. Como no podría ser de otra manera, pues es imposible meter cualquier tipo de maquinaria, la vendimia es manual. Una vez recogidas y despalilladas las uvas, las introducen en tinos de madera de castaño, donde realizan la fermentación alcohólica. Finiquitada ésta, el vino resultante se traslada a otras vasijas de madera y se cría durante seis meses.

La mencía es la variedad dominante pero la brancellao o albarello impone una potente complejidad aromática aunque aporta poca estructura. No hay problema, el vino está bien apuntalado por la acidez de la caiño.

Valdesouto es el típico vino sabroso y que se deja beber más que bien. Sin duda, formaría una excelente pareja con las artes finales de cualquier pulpeira de O Carballiño.

El vino blanco, también debería de jugar en el mismo equipo titular. Es más convencional pero con una buena base de la reina treixadura y las infantas godello y loureira que también le daría buen juego a la misma pulpeira.

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