Hay dos formas de dotar de color a los objetos. La más conocida es a través de pigmentos o colorantes. Un pantalón es azul porque los pigmentos que contiene absorben seis de los siete colores del arco iris. El otro color, el azul, es reflejado y es el que llega a nuestros ojos. En realidad lo que realmente vemos es la luz reflejada.
Pero podemos conseguir color sin colorantes. Los denominados "cristales fotónicos" son materiales nanoestructurados que actúan como "espejos selectivos". En vez de reflejar todos los rayos de luz incidentes, como haría un espejo convencional, solo reflejan ciertos colores que son los que finalmente percibimos. Ésta es la ingeniosa estrategia usada por el pavo real, el camaleón o algunas mariposas. ¡Es otra forma de dar color a la vida!
Estructuras talladas en la nanoescala "colorean" el reino animal
