Tino Pertierra

Mujeres indomables

Obra sensible y hermosa en su relato inicial de una libertad juvenil amenazada pero que se vuelve previsible

Conviven en Mustang dos películas en principio distintas que se esfuerzan por no ser distantes, y en esa lucha por encontrar un camino común hay una que sale beneficiada. Curiosamente, no es la que más debate puede provocar por lo que tiene de denuncia de unas costumbres represoras de la mujer en la Turquía rural sino la que se mueve, con gracia y sensibilidad admirables, por los territorios vulnerables, extraños y confusos en su incipiente sensualidad del paso de la niñez a la incierta madurez de unas chicas a las que el cuerpo y el alma les pide cosas que su entorno rancio y censor no les permite.

Sin la cursilería de "Mujercitas" pero con su misma carga de sueños y deseos en plena irrupción de sensaciones y sentimientos a punto de ser explorados por primera vez, "Mustang" ofrece un arranque extraordinario (en cierto modo recuerda el de la excepcional Picnic en Hanging Rock) en el que presenta a sus protagonistas en plena efervescencia juvenil pero ya con los primeros peligros al acecho cual casa de Bernarda Alba: ese tío cafre que intenta domarlas como si fueran caballos para que obedezcan normas machistas y bárbaras, íntegramente repudiables. Y las actrices lo bordan: una explosión de complicidad, urgencias hormonales, sombras de la orfandad, asombros virginales. Personajes bien matizados con una simple mirada, o una risa veloz, o una sosegada mezcla de abrazos y pies y pieles soleadas. Pero hete aquí que la película se va por derroteros más bruscos y se escora hacia una denuncia demasiado subrayada y previsible: redundante. En sus mejores momentos, "Mustang" mostraba sin necesidad de poner signos de exclamación el veneno de (parte de) una sociedad amordazadora, con naturalidad, sin forzar la máquina, alternando la dicha con las penas con equilibrio y ofreciendo un alegre alegato de rebeldía tranquila. Al perderlo, la película se pierde también y, aunque nunca llegue a descarrilar de todo, lo juega casi todo a la carta de la tesis y el mensaje, encogiéndose como película al tiempo que crece como pancarta rasgada por un giro dramático que se ve a la legua y con algunos brochazos de humor un tanto toscos (la escapada al fútbol). Y lo que podría haber sido una obra importante se queda (lo que tampoco es desdeñable en estos tiempos) en una cinta muy estimable, notable por momentos, pero que no acaba de rematar la faena.

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