Crítica / Música

Expresión lírica

La soprano sudafricana Golda Schultz lució su voz de impulso con la OSPA y De Marcho la dirigió con derroche de vitalidad

La Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA) retomó su temporada de abono esta semana con un concierto en clave lírica, con la presencia de la soprano sudafricana Golda Schultz, una voz que la crítica tiene en el punto de mira con una carrera ascendente en los últimos años. Schultz causa expectación desde Alemania en la lírica internacional, también en concierto, con una voz de cuerpo que maneja con soltura, como escuchamos el viernes en "Vado, ma dove? Oh Dei!, KV 583" de Mozart, aria nada fácil de sostener, incluida en la ópera "Il burbero di buon core" del valenciano Vicente Martín y Soler, que triunfaba en la Viena de fines del siglo XVIII. Y sobre todo en "Ah! Pérfido, Op. 65" de Beethoven, obra que escuchamos en enero en los Conciertos del Auditorio de Oviedo -habría que evitar repetir así repertorio-, y en la que Schultz se lució con un gusto exquisito.

La escena y aria "Ah! Pérfido" se basa en un texto de Pietro Metastasio y es probable que su destinataria fuese la cantante Josefa Duschek, amiga precisamente de Mozart, para la que éste escribió otra aria de concierto, "Bella mia fiamma", posible modelo beethoveniano, como ha señalado Luis Gago, quizá por su complejidad armónica y melódica, y por su contenido emocional. En Beethoven, Schultz lució esa voz de impulso que no pierde elegancia en ningún momento, con un recitativo de carga expresiva, y un fraseo de quilates en el aria, sobre una orquesta ajustada, más efectiva que en Mozart. Esta primera parte de la velada la completó la obertura que Haydn escribió para su ópera "L'isola disabitata", muy vital en la OSPA, con unas cuerdas en estado de gracia.

Hay que destacar la segunda parte del concierto, que esta semana lideró Alessandro De Marchi, director todoterreno de amplio repertorio, que conquistó con su vitalidad desde el podio. La música de Mendelssohn volvió a los atriles de la OSPA con la "Sinfonía escocesa", inspirada por la imagen de las ruinas del Palacio de Holyroodhouse de Edimburgo -residencia real escocesa desde el siglo XV-, en un impulso creativo típicamente romántico. De Marchi cuidó los planos sonoros en la orquesta, con esa atmósfera evocadora, tan personal, que pintó Mendelssohn en música, a subrayar el tercer movimiento de la sinfonía, el "Adagio", con su particular lirismo. También el último movimiento trajo lo mejor de la interpretación, dentro de su solemnidad, con equilibrio de fuerzas y continuidad de discurso, para cerrar de la manera más brillante la velada.

Andrew Grams recogerá la batuta ante a la OSPA la próxima semana, en Gijón y Oviedo, con otro "Cuaderno de viajes" puesto en música, con el protagonismo entonces de Johannes Moser en el "Concierto para violonchelo" de Henri Dutilleux, subtitulado "Un mundo lejano". El poema sinfónico "Aus Italien" de Richard Strauss redondeará un programa muy sugerente.

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