Hay personas que creen que existe la "buena suerte". Y son muchas. Otras, por el contrario, opinan de una manera totalmente diferente, y hablan de "preparación y oportunidad". Opiniones diferentes ante el mismo hecho. Y, por cierto, ¿qué opina usted?
Pues bien, ha caído en mis manos una información del psicólogo Wiseman, que llevó a cabo un estudio con personas afortunas y desafortunadas, con el único fin de encontrar elementos comunes, en cuanto a actitudes y comportamientos, que tuviesen dichas personas. Con todo ello, elaboró una serie de principios que caracterizan a las personas "con suerte" y que quiero compartir con ustedes, por si les resultan interesantes y quieren ponerlos en práctica.
La persona con suerte, según este psicólogo, es receptiva y siempre está abierta a nuevas experiencias. En todas las ocasiones, escucha su voz interior, su intuición, que es de vital importancia para ella; siempre da los pasos necesarios para estimularla, para estimular su intuición. Por eso, toma decisiones acertadas, siguiendo sus corazonadas. Además, siempre mantiene una actitud relajada en la vida. Trata de alcanzar sus objetivos, aunque sus posibilidades de éxito sean escasas, y no se deja vencer por los fracasos, porque éstos no son más que incidentes en una vida motivada por el éxito, percances de los que además obtiene conocimientos, experiencias y fortaleza añadida. Tiene la certeza de que siempre que se sufre un revés y se supera, se sale de él más fortalecido. También ha aprendido a superar las frustraciones. No teme el rechazo. Sin embargo, tiene una gran capacidad para mirar una situación que va mal, según lo planeado, y convertirla en algo beneficioso. Se siente bien, porque está convencida que, la mala suerte de hoy, puede convertirse en la buena suerte de mañana. Por todo ello, actúa de manera constructiva, para evitar males futuros. Nunca se regodea en su mala fortuna. Controla las palabras que utiliza, porque sabe que una combinación de ellas forma un símbolo de pensamiento, de modo que uno tiende a revelar en sus expresiones el concepto básico de su mente. Y, algo muy importante, espera que su relación con los demás sea fluida y beneficiosa.
Sin duda todo esto supone un aprendizaje y un cambio importante en la dinámica mental, aunque son principios bastante difíciles de llevar a cabo, ya que, por lo general, hacemos todo lo contrario. Pero, de verdad, ¿no le ha parecido muy interesante y constructivo?
