Maxi Rodríguez

Sumiller

Maxi Rodríguez

Regreso a lo esencial

Les he cantado más de una vez las excelencias y la diferenciación de los vinos tinerfeños de Suertes del Marqués, de La Orotava. Los responsables de esa gesta empresarial fueron Jonatan García, propietario de la bodega y Roberto Santana, director técnico y responsable de elaboración. Hace unos días recorrió, por la espina dorsal de los aficionados españoles, un calambrazo cuando saltó la noticia que Roberto Santana abandonaba Suertes del Marqués para embarcarse de pleno en su propia empresa, que conforma con otros audaces compañeros y que están haciendo diabluras vinícolas por doquier. Quizás hayan oído hablar del grupo Envinate, si no lo han hecho, síganles la pista se lo recomiendo.

Pero Jonatan García nos tenía reservada otra gran sorpresa, a los pocos días comunicaba que la dirección técnica de Suertes del Marqués sería responsabilidad de Luis Seabra, un inquieto enólogo portugués que elabora vinos increibles en el Douro y que se forjó enológicamente en la casa de otro insigne portugués Dirk Niepoort.

En 2013, Luis Seabra empezó a producir su propio vino en las regiones de Monçao (Al otro lado del Miño) y un poco más al sur, en el Douro. Naciendo el proyecto CRU, vinos con intervención mínima y sin maquillaje que procuran mostrar claramente las características de los paisajes de donde proceden.

Xisto Cru Blanco, fermenta y se cría en madera. Utilizando viejas viñas de variedades tradicionales que llevan años establecidas a ambos lados del Douro. Sus vinos, de primeras, se muestran discretos y poco dados a mostrarse exuberantes pero al poco tiempo, como este 2014 que les presento, ofrecen una profundidad y complejidad propia de alguien que lleva mucho tiempo en este negocio. Xisto CRU no deja de representar más que un viaje que nos llevará a un gran destino de regreso a lo esencial.

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