Concluye el Festival de Danza con arte español

Con un Campoamor abarrotado finalizó el Festival de Danza Oviedo 2016, edición que gozó de gran éxito. Últimamente no es frecuente disfrutar del genuino arte de España, por lo tanto fue una alegría volver a ver el Ballet Nacional de España, nuestra compañía más emblemática. El programa se componía de tres piezas representativas del viejo repertorio, pertenecientes a unos años gloriosos, y otra de creación más reciente. El espectáculo dio comienzo con "Farruca" (1984), un sobrio trabajo que Juan Quintero creó para tres hombres. Es una coreografía esquemática y austera en la que los mesurados movimientos de brazos y torsos hacen que la atención se concentre principalmente en los sonidos de punta y tacón. En un baile medido y exacto, los tres intérpretes, Francisco Velasco, Eduardo Martínez y José Manuel Benítez, hicieron patente su fuerza y su depurado dominio del zapateado. A continuación vimos "Viva Navarra" (1978), una coreografía de Victoria Eugenia concebida para una sola bailarina. Se trata de resaltar el rico folclore de España, esta vez personificado en la vivaz jota navarra en una versión sofisticada que fue bailada con brío y gracejo por Inmaculada Sánchez.

"Ritmos" (1984) es un clásico y un buen ejemplo de que menos es más. Es una hermosa exposición de síntesis con sus remansos y máximas energías. El ritmo in crescendo de la incisiva partitura de José Nieto junto a la sencilla composición cromática del blanco, negro y rojo del vestuario le sirven al coreógrafo Alberto Lorca para crear una obra memorable. Los aterciopelados manejos, especialmente en los movimientos corales, llenan el escenario de encanto y belleza, todo ello acentuado por la gracia y musicalidad de las intensas piruetas, el taconeo y las castañuelas. Espléndida la labor de todo el conjunto. Fue el número más celebrado por la audiencia. Entre los tres bailarines solistas con chalecos rojos estaba Sergio Bernal, estrella internacional. Lástima que no lo viésemos en un papel protagonista. Cerró la noche "Suite Sevilla" (2011), en la que Antonio Najarro inspirándose en la ciudad de la Giralda describe pasajes de su baile, su cultura y su folclore. Hay pasos de Semana Santa, capotes de grana y oro, corrida de toros, abanicos, baile por sevillanas y otros tópicos. No busca el duende, sino únicamente la estética. Resulta una pieza con muchos pasos y poses a la que le falta enjundia y un poco más de danza.

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