Cosme Marina

Cerca del cielo

La ilustre visita del maestro sir John Eliot Gardiner

Cada nueva visita a nuestro país del maestro británico sir John Eliot Gardiner es un acontecimiento. España tiene el privilegio de contar con su presencia de manera frecuente desde hace bastantes años y esto nos ha permitido asistir a la evolución profesional de uno de los grandes especialistas en el universo de la música antigua. Y, hoy por hoy, en el territorio Barroco y en el reino mítico de Johann Sebastian Bach nadie como él es capaz de hacernos llegar su legado con semejante intensidad y fuerza creativa.

El Festival Internacional de Santander, junto a la Quincena Musical de San Sebastián, acoge esta gira cantábrica y estival de Gardiner, el Coro Monteverdi y los célebres English Baroque Soloists, a los que se ha unido la Escolanía Easo. Santander se ha anotado, con esta actuación, uno de los grandes éxitos de los últimos años, en una edición que tuvo como preámbulo la presencia de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias, dirigida por Óliver Díaz, en un concierto multitudinario que llenó la Sala Argenta y, en el exterior, la zona de Gamazo, de un público entusiasta y festivo con ganas de disfrutar a tope de la música clásica a través de una pantalla gigante.

Es curioso cómo "La Pasión" bachiana sale de su ámbito natural, del entorno de la Semana Santa, para ya convertirse en una oferta concertística de relieve fuera de ese ámbito. Lo hace con naturalidad, con la fuerza de la que es una de las cumbres significativas de la creación humana, uno de los hitos esenciales de la historia de la música, del arte de todos los tiempos.

La versión del maestro Gardiner huye de toda grandilocuencia, de la vacuidad que se camufla con efectismo. Desnuda la obra y nos la acerca, nos la hace humana. El triunfo fue apoteósico, y con razón. Esta "Pasión" es verdaderamente esencial por su concepto global en el que el torrente bachiano fluye con la pureza de un arroyo cristalino. Más allá del imponente Evangelista de James Gilchrist o del fantástico Cristo de Stephan Loges, lo que aquí importa es una visión en la que solistas, coro y orquesta reman en la misma dirección, en la consecución de un perfil sonoro estable que nos llevó a disfrutar con plenitud del gran fresco sonoro que Bach despliega con esplendor en su "Pasión según San Mateo". Gardiner expuso el drama narrativo de la Pasión con un fuego que surgía de la convicción y de un profundo conocimiento de la obra, tras años de estudio exhaustivo de la misma. La colosal fuerza expresiva que encierra no precisa forzar nada, sólo dejar que la emoción llegue desde lo más profundo de la partitura, desde la naturaleza primigenia de la misma, algo que Gardiner y sus músicos consiguieron en Santander de forma total. Para sumergirse en este mes de agosto en la visión de Bach del director inglés, Acantilado ha publicado en nuestro país su estudio: "La música en el castillo del cielo. Un retrato de Johann Sebastian Bach", un libro hermoso, de gran interés, absolutamente recomendable.

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