Fantasmón Go

Aunque varíen escenarios y se modifiquen algunos pasajes el planillo de ambas películas es el mismo, respetando algunos gags y metiendo otros deplorables. Hay una secuencia que se pretende marchosa con un chiste a costa del racismo que produce vergüenza ajena. Solo los efectos especiales son mejores que en el original, solo faltaría que décadas después no fuera así. De hecho, el desenlace más bien modesto e infantilón de la primera cinta es sustituido aquí por un desmadre a la americana en el que se demuestra la escasa habilidad de su director para manejar el cotarro. Con Melissa McCarthy al frente del reparto ya nos podemos imaginar los recursos cómicos de los que va a hacer uso, y que aquí están desubicados y mal cocinados. Kristen Wiig se desenvuelve mejor pero tampoco debería estar agradecida a los guionistas que le han escrito unas líneas de guión tan sosas. Al final, estas Cazafantasmas que no logran cazar apenas una sonrisa y cuyas pretensiones feministas no aparecen por ningún lado solo pueden aspirar al dudoso honor de ser una de las películas más torpes del año.

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