Antonio Rico

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Antonio Rico

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No sé si será bueno o malo (me inclino a creer que es malo), pero el filósofo Byung-Chul Han tiene razón cuando dice que vivimos un mundo muy pobre en interrupciones, es decir, en entretiempos. La vacilación no es una acción positiva en sí misma, pero vacilar es indispensable. Sin embargo, nos hemos acostumbrado a pasar sin vacilación alguna del Nobel de Bob Dylan a la victoria de Donald Trump, de Halloween al "Black Friday" de los huevos, y de la muerte de Leonard Cohen a la dormición de Fidel Castro. Así, sin más. ¿Hay algo que se mueva por debajo de todos los acontecimientos que se suceden sin pausa y que nos permita saber que, aunque es imposible bañarse dos veces en el mismo río de la actualidad, seguimos aquí y somos quienes somos? Pues sí. El fútbol.

El partido Barça-Madrid, que los más modernos llaman "El Clásico", navega entre Dylan, Trump, las fiestas incomprensibles, las orgías consumistas, el poeta muerto y el revolucionario en tránsito como si fuera una canción de Barry White en una cita a ciegas entre una concejala de Ciudadanos y un estudiante de Administración y Dirección de Empresas en la UCAM. No sabemos qué tienen el "Clásico" y Barry White, pero ahí están. Messi contra Ronaldo. Pues bien, la semana pasada vi en Paramount la película "Soldado de fortuna", protagonizada por Jean-Claude Van Damme, en la que un boxeador tiene que enrolarse en la Legión Extranjera para escapar de la Mafia, y entendí que la MSN culé y la BBC merengue también están formadas por soldados de fortuna que se buscan la vida en la Legión del Barça o del Madrid. Así que hoy, puede que todavía alelado por haber pasado sin interrupción de Trump a Castro, no sólo sostengo que no hay nada de malo en ser mercenario del fútbol, sino que propongo formar una Legión Extranjera de políticos y artistas que no nos hagan pasar tanta vergüenza ajena como ese tipo que intentó convencernos de que su partido echó a Rita Barberá para protegerla de las hienas. Ya sé que Obama no es gran cosa, pero ahora que queda libre ¿no podríamos pagarle un sueldo para que sustituya a Felipe González en su papel de jarrón chino? ¿Aceptaría Dylan un puesto de Director General de algo? Oye, Angela Merkel, ¿no te apetece dejar de ser canciller un ratito y presentar las campanadas de fin de año desde la Puerta del Sol recortando la tontería? Ni MSN, ni BBC: ODM. Obama, Dylan y Merkel. Será por dinero?

www.antoniorico.es

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